La basílica de San Clemente en Santa María de los Servitas se encuentra en Siena, en la colina que domina Valdimontone, uno de los barrios del famoso Palio.
Los monjes Servitas, que llegaron aquí a mediados del Siglo XIII, construyeron la iglesia sobre el antiguo edificio de San Clemente -del que deriva su nombre-, pero no fue consagrada hasta el 1533.
Las obras de construcción y la ampliación duraron tres siglos y parte de la fachada nunca se terminó: los altares que vemos hoy en el interior datan de la época barroca y entre finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX la basílica fue restaurada en estilo neogótico.
La última remodelación se realizó en el 1926.
El interior consta de tres naves, cinco crujías y siete capillas en una planta de cruz egipcia.
Muchas de las decoraciones siguen el estilo neogótico, y aquí se conservan numerosas obras, como la Virgen con el Niño pintada por Coppo di Marcovaldo en el 1261 -realizada por el artista capturado por los sieneses durante la Batalla de Monteaperti, la Coronación de la Virgen de Bernardino Fungai y la Natividad fechada en el 1404 y firmada por el sienés Taddeo di Bartolo.
En la basílica encontramos frescos atribuidos a Pietro Lorenzetti y sus colaboradores.