El origen de la Basílica Santa María de Impruneta tiene sus raíces en la leyenda. De hecho, su fundación se debería al milagroso descubrimiento de un icono de la Virgen. Se dice que cuando se decidió construir un templo en honor a la Virgen María, los muros que se levantaban durante el día se derrumbaban durante la noche. Entonces, las piedras fueron cargadas en un carro, y cuando los bueyes se detuvieron y se arrodillaron, se comenzó a cavar; en ese lugar se encontró la imagen sagrada. Esta historia se narra también en un bajorrelieve del siglo XV atribuido a Pasquino da Montepulciano, que constituye el prototipo iconográfico de todos los grabados dedicados a la Virgen. La Virgen de Impruneta sigue estando hasta el día de hoy en el centro de un sincero culto popular, como para hacer de esta iglesia, probablemente, el más antiguo de los Santuarios marianos de Italia.
Elinterior de la iglesia, de una sola nave y cuatro altares de piedra arenisca, tiene un aspecto de finales del siglo XVI. En la entrada, a la izquierda, hay una elegante pila de agua bendita de mármol donada en 1542 por el gremio "Compagnia dei Tavernieri e Cuochi" de Florencia; más allá del Baptisterio en el primer altar a la izquierda, se puede admirar la pintura de la Vocación de Pedro y Andrés, firmada por Jacopo Chimenti (1606), y en el segundo altar a la izquierda, el Martirio de San Sebastián, atribuido a Matteo Rosselli (1578-1650). Más adelante se encuentra el pequeño templo de la Virgen, construido según el modelo del de la Santísima Anunciación, y realizado por Pagno di Lapo Portigiani y Maso di Bartolomeo según el diseño de Michelozzo. Las cerámicas que lo adornan, de Luca della Robbia, están finamente decoradas. El altar de la Virgen tiene en el centro un ciborio de plata que representa el Hallazgo de la Santa Imagen.
El altar mayor está decorado con un políptico que representa a la Virgen con el Niño y los Santos.
El pequeño templo a la derecha del altar estaba destinado a custodiar el Santísimo Sacramento: en el centro del tabernáculo hay una dramática Crucifixión de Luca della Robbia, entre San Juan Bautista y un Santo Obispo (San Rómulo o San Cenobio). En el coro adyacente se encuentra la espléndida reja de bronce dorado decorada con emblemas de la Pasión, realizada en 1636 por Cosme Merlini el Viejo, orfebre granducal. En la primera capilla de la derecha se puede admirar en el altar un crucifijo de bronce atribuido a Pietro Tacca (1577-1649). En los dos altares de la pared derecha de la nave se encuentran las pinturas El Nacimiento de la Virgen, de Domenico Cresti llamado el Passignano, fechada en 1602, y El Martirio de San Lorenzo, atribuido a Cristofaro Allori (1577-1621).
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