La Basílica de la Santísima Anunciación, que se asoma a la plaza homónima, es el principal santuario mariano de Florencia. La primera piedra de la iglesia y del convento contiguo se colocó en el 1250. Su interior, ricamente decorado, recuerda más al barroco romano que a la tradición religiosa toscana.
El nombre de la iglesia deriva de un legendario fresco de la Anunciación, conservado en la Capilla de la Anunciación y objeto de profunda veneración: "Aquí no se trata del arte de pinceles, donde se realiza el rostro de la Virgen, sino de algo realmente divino" (Michelangelo Buonarroti).
Bajo el pórtico de entrada se abren tres puertas: aquella central conduce a la iglesia, a través del Claustro de las Promesas; aquella de la izquierda conduce al Claustro Grande; la puerta de la derecha es del Oratorio de San Sebastián.
En la parte superior del arco central del pórtico exterior había restos de frescos de Pontormo, pintados entre los años 1513 y 1514, que ahora han sido sustituidos por copias (los originales se encuentran en el Museo de la Última Cena de Andrea del Sarto). El portal central está coronado por un mosaico de la Anunciación de Davide Ghirlandaio (1509).
El Claustro de las Promesas, obra de Michelozzo di Bartolommeo, debe su nombre a que durante mucho tiempo sirvió de lugar de recogida de exvotos e imágenes ofrecidas a la Virgen. En las paredes hay obras de arte de Baldovinetti, Cosimo Rosselli, Andrea del Sarto, Pontormo, Rosso Fiorentino y Franciabigio.
El interior de la iglesia es opulento, decorado con mármol, estuco y de baños de oro, con grandes pinturas colocadas en lo alto entre los espacios de los ventanales, y un espléndido cielo raso pintado al fresco por Volterrano.
Obsérvese la ventana con reja dorada, comunicada con el Palacio de la Crocetta (actual Museo Arqueológico) y conocida como la ventana de los Príncipes: era utilizada por la familia del Gran Duque para asistir en privado a los oficios litúrgicos en la Capilla de la Madonna.
Piero de Medici y sus sucesores nunca reclamaron derechos de patronato sobre la Capilla de la Santísima Anunciación, la parte más antigua de la iglesia, e hicieron adaptar como oratorio la sala situada a la derecha del edículo. Aquí, empotrado en la pared principal, hay un gran Armario de Platería, que estaba cerrado por un panel pintado con historias de la Vida de Cristo de Beato Angelico (1453), de Baldovinetti, y de la escuela del mismo Angelico (las diferentes partes de este panel están ahora en el Museo Nacional de San Marco).
En el 1444 se colocó la primera piedra de la Tribuna, con Michelozzo di Bartolommeo como diseñador y director de las obras. Sucesivamente, la Tribuna se amplió y se cubrió con una cúpula diseñada por Leon Battista Alberti.
Las numerosas capillas de la Basílica (seis a la derecha de la nave, siete a la izquierda y nueve en la Tribuna) fueron casi todas creadas por familias florentinas adineradas y actualmente llevan el nombre del santo o del tema pintado en el retablo del altar.
Desde el interior de la iglesia, así como desde el pórtico exterior, se puede acceder al Claustro Grande. Del diseño original de Michelozzo, tras numerosas transformaciones, hoy sólo se conservan las columnas y los capiteles.
Los veinticinco lunetos pintados al fresco bajo los arcos son obra de Andrea del Sarto y otros artistas. Representan la historia de los orígenes de la Orden de Nuestra Señora y algunos hechos y milagros de los Santos Fundadores y, además de su valor artístico, son interesantes por su representación de Florencia de la época. El luneto sobre la puerta secundaria de entrada a la iglesia -La Madonna del Saco- es la obra maestra de Andrea del Sarto.
Informaciones sobre la accesibilidad: feelflorence.it