La Casa Vasari está situada en Florencia, en la aldea Santa Croce, y es la casa donde vivió el maestro durante muchos años y murió en 1574. La casa fue donada a Vasari en 1561 por el Duque Cosimo I de los Medici en agradecimiento por sus servicios y para facilitar su trabajo en la cercana basílica de Santa Croce.
Al igual que en su casa de Arezzo, Vasari pintó al fresco las diversas salas -alrededor del año 1572- con representaciones inspiradas en las artes y en la primacía de la pintura, en forma de historias tomadas de los escritos de Plinio, imágenes alegóricas y retratos de artistas como Leonardo y Miguel Ángel, enriqueciendo luego su hogar con una notable colección de pinturas de sus contemporáneos.
Actualmente se puede admirar la Sala Grande, una sala de 55 metros cuadrados restaurada con su antiguo esplendor, que atestigua la riqueza decorativa de la casa.
Informaciones sobre la accesibilidad: feelflorence.it