El Conjunto Monumental de Santa Croce, que domina la plaza homónima, es un símbolo de la historia de Florencia y de su belleza que conserva en su interior algunas de las obras más importantes de la historia del arte, realizadas por los más grandes artistas: Cimabue, Giotto, Taddeo y Agnolo Gaddi, Orcagna, Donatello, Rossellino, Brunelleschi, Bronzino, Vasari, Canova, Bartolini.
El Complejo consta de la Basílica de Santa Croce, la Sacristía y el Noviciado, los dos claustros (claustro grande y claustro de Brunelleschi) con la Capilla Pazzi, el Cenáculo y la Capilla Cerchi.
Con su imponente arquitectura gótica, sus estupendos frescos, retablos, preciosas vidrieras y numerosas esculturas, la Basílica de Santa Croce representa una página fundamental de la historia del arte florentino a partir del Siglo XIII.
Esta monumental iglesia franciscana fue construida a partir de 1295 según un diseño atribuido a Arnolfo di Cambio, el arquitecto más importante de la época (la Catedral de Santa Maria del Fiore y el Palazzo Vecchio, así como otros numerosos edificios de la ciudad, llevan su firma).
La iglesia fue modificada varias veces a lo largo de los siglos, adquiriendo con el tiempo nuevas connotaciones simbólicas: de iglesia franciscana a edificio religioso con función civil para las grandes familias y corporaciones de la Florencia de los Medici, de taller y estudio de arte a centro teológico. El interior ha sido objeto de numerosas reformas, empezando por aquellas del Siglo XVI realizadas por Giorgio Vasari a instancias de Cosimo I de Medici: se derribó el divisorio que separaba al clero del pueblo, se encalaron los frescos de las paredes laterales y se erigieron grandes altares de piedra.
A lo largo de los siglos se introdujeron otras modificaciones para albergar los monumentos funerarios de personalidades ilustres (Maquiavelo, Galileo, Michelangelo, Foscolo, Rossini) que le han valido a Santa Croce el nombre de "Panteón de los Italianos".
En la Capilla Mayor, que domina la nave principal, se puede admirar el extenso ciclo con la Leyenda de la Vera Cruz de Agnolo Gaddi (fechado hacia 1388-1390).
La Capilla Peruzzi, edificada durante la primera fase de construcción de la iglesia y patrocinada por la rica e influyente familia de banqueros homónima, fue decorada por Giotto hacia 1310 con Historias de San Juan Bautista y San Juan Evangelista, a los cuales ha sido dedicada la capilla.
Sucesivamente (entre los años 1317-1321) Giotto trabajó en la decoración de la Capilla Bardi, dedicada a San Francisco y pintada al fresco con historias de la vida del santo (la capilla está siendo restaurada en la actualidad).
En esta lista no exhaustiva de las obras maestras conservadas en el interior de la Basílica (realizadas por Brunelleschi, Michelozzo, Della Robbia, Bronzino, Vasari), hay que mencionar la Anunciación Cavalcanti de Donatello (1435), en pietra serena dorada y parcialmente policromada, situada en la nave derecha, una de las raras obras del escultor que se conserva en su emplazamiento original.
Entre los monumentos funerarios, aquel de Canova para Vittori Alfieri (1810) marca el inicio de la transformación del complejo en el Panteón de los Italianos.
Como en muchas basílicas florentinas, la fachada estaba originalmente inacabada, en pietra forte a la vista. Su aspecto actual se debe a las obras de acabado que se iniciaron a mediados del Siglo XIX, basadas en un diseño del arquitecto Niccolò Matas.
El transepto derecho de la basílica conduce a la Sacristía y al Noviciado, la zona que en tiempo pasado estaba reservada a quienes se preparaban para entrar en la Orden. La Sacristía es uno de los ejemplos más antiguos en Florencia de sacristía monumental, que ha sido muy modificada a lo largo de los siglos.
Esta zona se construyó durante las obras de reconstrucción emprendidas tras el incendio de 1423, en el que quedó destruido el dormitorio de los frailes. El proyecto es probablemente obra de Michelozzo (1434-1445), financiado por Cosimo de Medici. También incluye el corredor del Noviciado, la Capilla de los Medici y la Sala del Pozo.
En 2013, el Crucifijo de Cimabue, obra simbólica de la inundación de Florencia de 1966, se colocó en lo alto de la Sacristía. Sucesivamente, se colocaron en esta zona del complejo monumental una serie de obras que, por su tamaño y fragilidad, serían difíciles de trasladar en caso de inundación (el Noviciado se encuentra, de hecho, en una posición elevada y, por tanto, está más protegido).
Las diferentes salas del conjunto monumental están conectadas entre sí a través de dos claustros.
El primero, el más antiguo, se utilizó inicialmente también como cementerio, por lo que recibió el nombre de "claustro de los muertos". Ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los siglos (en la segunda mitad del Siglo XIX, por ejemplo, se demolió un edificio central que lo dividía en dos partes).
El segundo claustro, también conocido como "claustro de Brunelleschi", fue probablemente realizado por Bernardo Rossellino para el rico banquero y mecenas Tommaso Spinelli.
El primer claustro alberga la Capilla Pazzi, una de las arquitecturas más tempranas y representativas del Renacimiento, con espacios definidos por proporciones precisas. Fue construida por encargo de Andrea de' Pazzi y proyectada por Filippo Brunelleschi, que supervisó las obras hasta su muerte en 1446. La construcción se alargó, el proyecto se modificó en parte (por ejemplo, con la adición del pórtico sobre columnas y el arco central) y las obras se interrumpieron finalmente en 1478, cuando los Pazzi fueron desterrados de Florencia tras la conspiración contra los Medici.
En el interior se pueden apreciar doce medallones de terracota vidriada con los Apóstoles, ejecutados por Luca y Andrea della Robbia, mientras que los cuatro medallones de terracota policromada con los Evangelistas se atribuyen a Brunelleschi.
La cúpula está pintada al fresco con las constelaciones presentes en el cielo florentino el 4 de julio de 1442.
El antiguo refectorio, construido en la primera mitad del Siglo XIV, es una grande sala rectangular con techo de cerchas. En la pared del fondo,el fresco de Taddeo Gaddi representa en algunas escenas de convivencia la función de este espacio del convento.
Durante el Siglo XIX, el Cenáculo tuvo diversos usos: desde fábrica de alfombras hasta almacén de oficinas públicas, pasando por almacén de obras de arte. En 1900 se inauguró aquí el primer núcleo del Museo de la Ópera, donde con el tiempo se han trasladado numerosas obras: San Luis de Tolosa de Donatello; fragmentos del grandioso fresco con el Triunfo de la Muerte, el Infierno y el Juicio Final, pintado por Andrea Orcagna hacia 1345 en la nave derecha de la iglesia; y el panel de la Última Cena de Vasari, restaurado tras los cuantiosos daños sufridos debido a la inundación.
Informaciones sobre la accesibilidad: santacroceopera.it