Bosque de Brattello
Un viaje por una Lunigiana salvaje, entre senderos, itinerarios en BTT y tradiciones ancestrales
El Bosque de Brattello, la esmeralda de Lunigiana, es un complejo forestal que ocupa una superficie de 322 hectáreas. Situado en el Municipio de Pontremoli, se extiende en la frontera septentrional entre Toscana y Emilia Romaña, a lo largo del Paso de Brattello (953 m s.n.m.), antigua vía de conexión entre el Ducado de Parma, el Gran Ducado de Toscana y las haciendas de los Malaspina.
Originalmente ocupada por pastos y bosques de matorrales, la zona fue reforestada con coníferas y árboles de fronda en las primeras décadas del Siglo XX, y hoy en día también encontramos pinos negros, hayas, castaños y robles turcos. Liebres, corzos, jabalíes y zorros son comunes en la zona, mientras que en los bosques de coníferas y de árboles de fronda se puede avistar la ardilla roja. Más difíciles de encontrar son el puercoespín, el tejón, la comadreja, la garduña y el tímido zorrino. Entre las numerosas aves del bosque destacan el emberízido, especie protegida, y la importante presencia del halcón abejero, además del busardo euroasiático y el gavilán. Actualmente, el bosque es propiedad inaccesible de la Región de Toscana y está gestionado, por delegación, por la Unione di Comuni Montana Lunigiana.
El Bosque de Brattello está atravesado por una red de senderos que se entrelazan con la Grande Excursión del Apenino, la Alta Vía de las Montañas de Liguria y el Sendero Italia. Hay numerosos itinerarios y recorridos circulares, intercalados con áreas de descanso, que se ramifican entre la vegetación. Una de ellos conduce desde el Paso hasta un camino de tierra que asciende suave y sinuosamente entre bosques y prados de con pendientes suaves. También la Via de Abati, un itinerario de la época medieval temprana de unos 125 km utilizada por los monjes de San Columbano de Bobbio (PC) para llegar a Roma, hace una etapa a lo largo del Brattello; para revivir este antiguo recorrido, surgió el maratón "Abbots’ Way", incluido en el día nacional de los Caminos de Francígena.
El periodo invernal ofrece una oportunidad imperdible para admirar el paisaje, a menudo cubierto de nieve, con largas caminatas con raquetas de nieve, de dificultad más o menos difícil. Un ejemplo es el itinerario que desde el Paso de Brattello hasta la cumbre del Monte Molinatico, divisoria de aguas entre el Valle Verde y aquel de Magra.
Para los apasionados de las BTT, hay algunos itinerarios que atraviesan el bosque. De ellas, una en particular, que no es demasiado exigente, recorre unos 15 km y tiene un desnivel de 698 m.
En las zonas del límite sur del bosque, se abren claros y se pueden observar los restos y los numerosos asentamientos rurales llamados "Capanne" o "Cascine", terrazas y otras obras rurales que antaño caracterizaban toda el área.
Productos y platos típicos
Entre los productos típicos de Pontremoli que se pueden degustar en esta zona destaca la Seta de Borgotaro IGP. Con este término se designan las setas porcini frescas y secas derivadas de crecimiento espontáneo en los municipios de Albareto, Borgo Val di Taro, Bedonia, Berceto, Compiano y Tornolo, en la provincia de Parma, en la región de Emilia-Romaña, y en los municipios de Pontremoli y Zeri, en la provincia de Massa-Carrara, en la región de Toscana, precisamente en el área forestal que rodea el Paso.
Desde 1919, la Cooperativa Comunitaria "La Guinadese" del Pueblo de Guinadi, a las puertas del Bosque de Brattello, está comprometida con la conservación y la memoria de los saberes agrícolas y gastronómicos-vinícolas, como la cocción en los antiguos "testi" de hierro fundido en los que se cocinan los testaroli, Presidio Slow Food y símbolo del patrimonio gastronómico-vinícola de Lunigiana.
La cuna de Bratto
Cabe destacar el proyecto "La cuna de Bratto, entre la tradición y la re-creación". Bratto es el último pueblo del Municipio de Pontremoli, antes del Paso de Brattello, famoso por la extraordinaria habilidad de los artesanos locales en la fabricación de muebles y objetos de madera.
El símbolo de esta antigua tradición son las cunas finamente decoradas, una de las cuales aún se conserva en el Museo Etnográfico de Lunigiana. El proyecto, vinculado a esta obra de artesanía fina antiguamente considerada un objeto preciado y fabricada en el Siglo XIX en el pueblo de Bratto, pretende redescubrir su historia y su artesanía perdida mediante la creación de pequeños talleres capaces de reproducirla.
