El Bosque de Vallombrosa es una de las zonas verdes más famosas de Italia. Cuando los monjes se asentaron en Vallombrosa en el siglo XI, ya existían bosques de abetos y de hayas. El cuidado de los bosques era una de las preocupaciones de los abades que, a partir del bosque y de la cría de ovejas, obtenían gran parte de los recursos necesarios para la vida de la Abadía. Los largos troncos de abeto eran una mercancía importante, y sirvieron durante siglos para construir y restaurar los palacios de Florencia, por ello los monjes hicieron todo lo posible por ampliar y cuidar el desarrollo de los bosques.
Tras la creación del Reino de Italia, el bosque pasó a manos del Estado y, en 1977, se convirtió en Reserva Natural Biogenética. Aquí se pueden admirar algunos de los árboles más altos de Italia: el primer clasificado es un abeto Douglas de 62,45 metros de altura, el segundo premiado es ligeramente más bajo. Se puede llegar hasta ambos a pie recorriendo un sendero.
Cada año el Bosque de Vallombrosa es visitado por miles de turistas, y también por estudiantes de la Facultad de Silvicultura de la Universidad de Florencia, que tienen en Vallombrosa su "Escuela de Campo".
El bosque tiene una superficie de 1.279 hectáreas, a una altitud de entre 450 y 1450 metros. Las especies más comunes son, además del abeto blanco, la haya (predominante en las zonas más altas), el pino alerce y el abeto de Douglas. A menor altitud crecen castaños, robles, arces y carpes.
Además, la Reserva alberga uno de los más conocidos Jardines Botánicos Experimentales de Europa, donde conviven más de 3.000 ejemplares de más de 1.000 entidades botánicas, pertenecientes a 85 géneros provenientes de diferentes partes del mundo. Los Jardines Botánicos se pueden visitar en los meses de verano gracias al Departamento de Policía Biodiversità di Vallombrosa.