El Castillo de Poppi, ícono histórico de Casentino, con su imponente y bien conservada estructura a lo largo de los siglos, se alza majestuoso en uno de los pueblos más bellos de Italia. Fueron los Condes Guidi quienes lo hicieron construir en el Siglo XIII y se supone que la parte más antigua de la mansión medieval es obra de Lapo di Cambio mientras que la más reciente, construida hacia finales del siglo XIII, se atribuye al más famoso Arnolfo.
Arnolfo di Cambio fue quien proyectó el Palacio de la Señoría de Florencia y, como se puede apreciar de la arquitectura del castillo de Casentino, las dos obras tienen un aspecto muy parecido.
El castillo de Poppi domina la llanura de Campaldino, escenario de la histórica Batalla de Campaldino entre las facciones de Arezzo y Florencia de los güelfos y gibelinos, que tuvo lugar el 11 de junio de 1289. El castillo ha sufrido numerosas renovaciones a lo largo del tiempo, pero ha llegado hasta nuestros días en perfecta integridad.
Visitando el hermoso pueblo de Poppi ascendemos hasta que empezamos a vislumbrar el majestuoso castillo que emerge de entre los adoquines del pueblo. Nos da la bienvenida, Dante, el sumo poeta, que se alojó en este edificio en el 1310 durante su exilio de Florencia; aquí parece que compuso el Canto XXXIII del Infierno en su obra maestra, la "Divina Comedia".
El Castillo, puede visitarse durante todo el año y alberga entre sus muros la Biblioteca Rilliana. Fundada por el Conde Rilli Orsini en el 1828, cuenta con más de 25.000 volúmenes y 800 manuscritos. En el interior del castillo también es posible visitar las antiguas mazmorras y el campanario, desde cuya cima se puede admirar todo el Valle de Casentino. Otra valiosa atracción que no debes perderte es la capilla, donde hay un espléndido ciclo de frescos de Taddeo Gaddi, alumno de Giotto, que data del Siglo XIV y representa las historias de la Virgen y San Juan.
Las decoraciones del interior del castillo representan la historia de un valle y de una región, escudos aristocráticos tallados en piedra o realizados con la terracota vidriada de los de la Robbia, una conocida familia de ceramistas que extendió su obra por todo el territorio de Casentino. Sólo falta una visita al Salón de las Fiestas para imaginar los suntuosos banquetes de los Condes Guidi de la época.