El Duomo de Lucca, quelleva el nombre de San Martino, fue construido, según la tradición, a instancias de San Frediano, el Obispo de Lucca, que falleció en el año 588.
La catedral fue completamente reconstruida entre los años 1060 y 1070 y luego consagrada solemnemente en el 1070 por Anselmo da Baggio, que ya se había convertido en el Papa Alejandro II, en presencia también de la Condesa Matilde de Canossa. Las obras continuaron en fases alternas hasta el 1637, cuando concluyeron con la construcción de la capilla del Santuario.
La fachada, inspirada en el Duomo de Pisa, es una obra maestra de la arquitectura románica de Lucca, debida a la obra de Guidetto da Como, con su mármol policromado, el gran pórtico que da a la plaza con sus tres arcos y los espléndidos bajorrelieves que representan el martirio de San Regolo, el ciclo de los meses y las historias de San Martino, mientras que en la luneta de la entrada de la nave izquierda se puede admirar la excepcional Deposición de Nicola Pisano del 1260.
Bajo el pórtico de la Catedral se encontraban los puestos de los cambistas que hacían negocio con los peregrinos de la Vía Francígena, el antiguo camino hacia Roma que pasa por Lucca: por eso hay una inscripción monumental que recuerda a los cambistas que no deben estafar a los clientes. El misterioso laberinto tallado en uno de los pilares puede ser también un símbolo de peregrinación, o bien, una obra artística relacionada con los templarios, ya que recuerda mucho aquel del suelo en la Catedral de Chartres.
El interior de tres naves es un escenario sugestivo, gracias a sus formas góticas, y custodia muchas obras de arte como la Virgen entronizada con el Niño y los Santos de Domenico Ghirlandaio y la Última Cena de Jacopo Tintoretto.
En la Catedral también se encuentra el Santo Rostro, un crucifijo de madera que, según la tradición, fue realizado por Nicodemo basándose en el rostro real de Jesús. La estatua, considerada la más antigua de Occidente, fue colocada en un espléndido templo del Siglo XV por Matteo Civitali.
Otra obra preciosa de la Catedral es el monumento funerario a Ilaria del Carretto, realizado por Jacopo della Quercia entre los años 1406 y 1408: una verdadera obra maestra en mármol que representa a la joven dama noble, esposa de Paolo Guinigi, quien falleció de parto a una edad muy temprana y a la que el escultor representó como una hermosa muchacha que parece dormida, con un pequeño perro a sus pies, símbolo de la fidelidad conyugal.
Informaciones sobre la accesibilidad: museocattedralelucca.it