Catedral de Siena
Un recorrido entre las obras de la riquísima Catedral de la ciudad del Palio
La Catedral Santa Maria Assunta de Siena es una de las iglesias románico-góticas más majestuosas e importantes de Italia.
Fue consagrada en el 1179 en presencia del Papa Alejandro III de Siena, pero las obras continuaron durante unos dos siglos: Giovanni Pisano trabajó en la fachada a finales del siglo XIII; el campanario se terminó en el 1313 y en el 1317 comenzó la ampliación. Durante la Edad Media, Siena alcanzó su poder y de consecuencia, surgió la necesidad de una Catedral aún más grande; el sueño se desvaneció debido a la peste del 1348, que provocó una drástica reducción de la población. Hoy se pueden ver las marcas del ambicioso proyecto en los restos de las columnas y en la gran fachada incompleta.
La fachada, de mármol blanco con algunas decoraciones en rojo de Siena y mármol verde de Prato, está dividida en dos mitades: la inferior, realizada por Giovanni Pisano en estilo románico-gótico, y la superior, de estilo gótico florentino, con un hermoso rosetón enmarcado por hornacinas góticas con los bustos de Apóstoles y Profetas que rinden homenaje a la Madonna y al Niño.
Toda la estructura interna está dominada por el bicolor blanco y negro, una referencia a los colores del escudo de Siena.
El interior del Duomo es un verdadero tesoro de obras maestras del arte, empezando por el púlpito de Nicola Pisano (1265-68), una de las obras escultóricas más importantes del siglo XIII italiano, mientras que en el altar Piccolomini se pueden admirar cuatro esculturas del joven Michelangelo: San Pietro y San Paolo, San Pio y Sant'Agostino.
Inmediatamente después del altar se encuentra la Biblioteca Piccolomini, construida en el 1492 para preservar el importante patrimonio bibliotecario recogido por el Papa Pio II. El interior fue pintado al fresco por Pinturicchio, mientras que en la capilla izquierda se puede admirar el famoso San Giovanni Battista de Donatello (1455).
Las ocho estatuas de bronce que adornan los pilares del coro son obra de Domenico Beccafumi. En la parte superior se encuentra una copia de la famosa vidriera de Duccio di Buoninsegna, realizada en el 1288: es la vidriera más antigua de fabricación italiana. El original se conserva en el Museo de la Obra de la Catedral, junto con otras numerosas obras de arte procedentes de la Catedral.
Concluimos con aquella que es la obra más increíble conservada en la Catedral de Siena: el Pavimento de mármol, una obra única de arte italiano por su original inventiva, grandeza e importancia de los colaboradores, realizada también por Giorgio Vasari como un extraordinario proyecto de decoración.
Dividida en 56 paneles, muestra representaciones que responden al diseño temático homogéneo de la Revelación. Los paneles más antiguos son de la segunda mitad del Siglo XIV, los últimos del Siglo XIX.
Entre aquellos que han trabajado a lo largo de los siglos se destacan Francesco di Giorgio, Pinturicchio, Sassetta, Neroccio di Bartolomeo de’ Landi, Antonio Federighi, Urbano da Cortona y, especialmente, Domenico Beccafumi, que creó 35 escenas innovando profundamente el estilo.
Para disfrutar de una perspectiva muy particular del exuberante interior de la Catedral de Siena, ha sido creada la Puerta del Cielo, un fascinante recorrido por las buhardillas y galerías de la Catedral que está abierto al público durante un periodo limitado del año.
El subsuelo también guarda sorpresas: la cripta, que se descubrió solamente en el 1999, presenta una sala totalmente pintada en 180 metros cuadrados de superficie mural que representa episodios del Antiguo y del Nuevo Testamento.
