El macizo de Pratomagno, situado en la parte oriental de Toscana, cerca de la cresta de los Apeninos, divide Casentino de Alto Valdarno. Su orientación noroeste-sudeste es paralela a aquella de la cresta principal. La vertiente montañosa de Valdarno Pratomagno, orientada hacia el suroeste, no presenta rasgos morfológicos significativos, pero contiene numerosos pequeños tesoros que regala a todos los que se aventuran por sus caminos.
Los numerosos torrentes y acequias que lo recorren descienden casi paralelos hacia el Arno. El tiempo les ha ayudado a esculpir su característico perfil de numerosos valles y espolones que descienden hacia el valle. En cambio, la cresta muestra formas mucho más redondeadas, moldeadas por el viento y la nieve, donde la vegetación consiste en una cresta herbácea continua (pradera) que probablemente dio nombre a la montaña. Aquí arriba, la altitud suele superar los 1.200 metros, alcanzando los 1593 en el monte Pianellaccio y los 1590 en la cercana Croce de Pratomagno.
Al examinar las formaciones geológicas de la superficie, un claro predominio corresponde a las areniscas del Monte Falterona (roca sedimentaria formada por una alternancia de areniscas graduadas con limolitas y argilitas) que afloran en toda la zona por encima de Setteponti y constituyen la esencia del macizo del Pratomagno, que emergió del antiguo mar hace unos 5 millones de años. La conformación versátil del territorio da lugar a considerables variaciones microclimáticas que se reflejan naturalmente, junto con la pluviometría, en la vegetación de toda la zona, donde se pasa del matorral mediterráneo hasta los bosques de robles, hayas y abetos, hasta llegar a los extensos pastizales de cresta.