Las aguas de Chitignano, por su particular composición química y sus fuertes propiedades curativas, se encuentran entre las más famosas del Casentino. Antes se consideraba agua "mágica" por estos lares. Estas aguas son conocidas desde la antigüedad, como demuestran los numerosos bronces votivos hallados en la zona.
Ya frecuentadas en la Edad Media, cuando en estas tierras existía un importante tránsito de peregrinos por la Vía Romea del Passo della Calla, fueron valorizadas por la familia Ubertini en la segunda mitad del siglo XVII.
Actualmente, las aguas manan de tres manantiales, todos situados cerca del pueblo: el Manantial del Río, el Manantial Galastri y el Manantial Buca del Tesoro. En este último, el municipio ha construido una zona verde acondicionada llamada Parque Buca del Tesoro, donde es posible embotellarla. El agua, con tres grandes grifos, fluye hacia el exterior desde una fuente con pulsador alimentada por una bomba eléctrica. Muchas personas utilizan estas aguas ferruginosas y sulfurosas por los beneficios que obtienen de ellas (reactivación de las funciones digestivas, depuración del hígado y los riñones, curación de enfermedades cutáneas e infecciones ginecológicas).
Para llegar al Manantial de Buca del Tesoro, desde el pueblo de Chitignano, giramos a la izquierda antes de la iglesia de San Vincenzo Martire, donde hay una calle en la que el agua ferruginosa está bien indicada. Bajen por la carretera hasta encontrar un aparcamiento asfaltado con una zona verde junto al río a la izquierda. Ya están: equípense de cantimploras, botellas de vidrio o simplemente de un vaso y disfruten de las propiedades del agua de Casentino.