Mercado de Víveres de Livorno

A lo largo del Fosso Reale, una de las vías fluviales que atraviesan la ciudad de Livorno y le dan el encanto de una pequeña Venecia, se asoma una obra de arte arquitectónica de finales del Siglo XIX, el Mercado de Víveres (Mercato delle Vettovaglie), también conocido como Mercado Central o Mercado Cubierto.

Se construyó según un diseño del arquitecto e ingeniero italiano Angiolo Badaloni, basado en el modelo de Les Halles, el tradicional mercado central de París.

El Mercado de Víveres se inauguró en el 1894; Badaloni no sólo construyó uno de los edificios que más tarde se convertiría en uno de los puntos de referencia de Livorno, sino que también creó el mercado cubierto más grande de Italia y de Europa.

Una obra arquitectónica encargada por el alcalde de la época, con la intención de relanzar la economía y mejorar la estructura del mercado preexistente, que se convirtió no sólo en un centro dedicado al comercio alimentario sino también cultural y artístico; en sus oficinas de la segunda planta se encontraba el estudio de uno de los pintores y escultores más influyentes del Siglo XX, Amedeo Modigliani. Según la leyenda, parece que el artista, en un arrebato de desesperación, arrojó algunas de sus esculturas justo en el tramo de la zanja cercano al mercado; en tiempos recientes, las obras fueron recuperadas e inicialmente atribuidas al maestro, pero más tarde se demostró que eran una flagrante falsificación.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la estructura del mercado resultó muy dañada, pero la administración y los propios habitantes de la ciudad, gracias a las obras de renovación, devolvieron al edificio su esplendor original, tal y como lo vemos hoy en día cuando paseamos por las pintorescas calles de Livorno. El Mercato de Víveres es una parada imperdible si visitas la ciudad de Livorno por su belleza arquitectónica, sus exquisitas especialidades locales y los numerosos eventos que se organizan en él.