Entre los tesoros más escondidos de Pisa se encuentra sin duda el gigantesco mural de Keith Haring. El colorido Tuttomondo está situado en el centro histórico, a pocos pasos de la estación, y es una de las pocas obras del escritor norteamericano que se puede admirar en Italia: pintado en el 1989 en la pared exterior de la rectoría de la Iglesia Sant'Antonio Abate, con la ayuda de algunos estudiantes, es una verdadera explosión de vitalidad y color.
El tema es el de la armonía y de la paz en el mundo, visible a través de las uniones y encastres entre las 30 figuras que, como en un rompecabezas, ocupan los ciento ochenta metros cuadrados del muro.
Cada personaje representa un aspecto diferente del mundo en paz: las tijeras "humanizadas" son la imagen de la colaboración concreta entre los hombres para derrotar a la serpiente, es decir, al mal, que ya se estaba comiendo la cabeza de la figura de al lado, mientras que la mujer con el niño en brazos se refiere a la idea de la maternidad y los dos hombres que sostienen al delfín sugiere la relación con la naturaleza.
Tuttomondo es también la única obra de Haring que se concibe desde el principio como permanente, no efímera y destinada a desaparecer, de hecho el artista tardó una semana en realizarla, cuando habitualmente realizaba sus murales en un solo día.