El Pequeño Museo del Diario es un itinerario museístico creado para valorizar el inmenso patrimonio conservado en el Archivo de los diarios de Pieve Santo Stefano, pueblo de la Valtiberina que, desde el 1984, recoge las memorias de la gente común y que hoy custodia más de ocho mil ejemplares.
Una de las historias más emblemáticas que se conservan en Pieve es la de Clelia Marchi, una campesina de Mantova que, tras una vida de trabajo y ocho hijos, decidió que había llegado el momento de dejar un testimonio y, no encontrando nada donde escribir, tomó una sábana de su ajuar y escribió su biografía en ella. Ahora, la sábana de Clelia, de más de dos metros de ancho, es el objeto más valioso del Pequeño Museo del Diario ubicado en el Palacio Pretoriano.
El museo consta de cuatro salas: en la primera está colocada una muestra de arte que permite al visitante abrir puertas y cajones y escuchar, ver y tocar algunas de las historias más fascinantes escogidas entre los diarios, recuerdos y cartas que se conservan en el Archivo, mientras que en la segunda sala se encuentra el rincón Querido Saverio dedicado al fundador del Archivo de los diarios, Saverio Tutino.
Es un lugar donde se pueden escuchar los extractos de los diarios, ver los manuscritos animados en las pantallas digitales y admirar algunos documentos autógrafos. Un susurro de fondo del que se destacan las palabras de los protagonistas acompaña la muestra: es ese "susurro de los otros" que Saverio Tutino escuchó salir de las estanterías que, con el paso de los años, se fueron llenando de diarios.
La tercera sala es la sala de Rabito, una obra maestra autobiográfica escrita por un peón de Ragusa semianalfabeta, que asombra por la densidad de su narrativa y escritura, esculpida en hojas de cuadros por una Olivetti Lettera 22 que Rabito utilizó para contar su historia y la del siglo XX.
La sala dedicada a la sábana de Clelia Marchi cierra el recorrido.