A pocos kilómetros del pueblo de San Casciano dei Bagni, en el subsuelo de las famosas aguas termales, se ha encontrado uno de los tesoros arqueológicos más preciados de los últimos tiempos: un gran complejo santuario de época romana - y antes etrusca - caracterizado por un edificio cuadrangular con una gran piscina en el centro, realizada de travertino.
Inicialmente, las excavaciones se concentraron en un punto concreto del lugar: dos columnas antiguas - que bordeaban un huerto privado abandonado - sugieren la presencia de un edificio monumental en las proximidades.
De ahí el extraordinario descubrimiento: la estructura del santuario romano está injertada en otra anterior, de época etrusca.
La hipótesis es que el edificio principal pudo ser clausurado a principios del Siglo V d.C., coincidiendo con la consagración del cristianismo, pero no destruido: las piscinas se sellaron con pesadas columnas de piedra y las divinidades del santuario se encomendaron con respeto al agua.
Pero la cosa no acaba ahí: los impresionantes trabajos de excavación también han devuelto 24 estatuas de bronce -cinco de ellas de casi un metro de altura - en perfecto estado de conservación.
Este tesoro único va acompañado de una increíble cantidad de inscripciones en etrusco y en latín, a las que se añaden una serie de interesantes exvotos, como órganos y partes anatómicas que corresponden a las partes del cuerpo para las que se solicitaba la intervención curativa de las divinidades.
Las maravillas desenterradas por la excavación se custodiarán en el nuevo museo que se construirá en un palacio del Siglo XVI en el centro histórico de San Casciano dei Bagni, al que se añadirá en el futuro un auténtico parque arqueológico.
El Santuario Ritrovato puede visitarse gracias a las visitas organizadas por el Grupo Arqueológico del Municipio de San Casciano dei Bagni.