Ermita de San Leonardo del Lago
El antiguo monasterio se encuentra en Monteriggioni, sobre la Vía Francígena
En Monteriggioni, en uno de los tramos de la Vía Francígena entre bosques de encinas y robles, en la localidad de Santa Colomba, se encuentra la Ermita de San Leonardo del Lago, muy mencionada en antiguos documentos por la presencia de un lago que se secó en el siglo XVIII. La primera información cierta que atestigua la presencia de una comunidad ermitaña se remonta a 1112, pero su existencia parece datar de una época anterior al siglo XII.
En 1239 la ermita pasó a manos de los Agustinos, y en 1250, con una bula papal, fue unida a la más cercana y famosa de San Salvador de Lecceto. Los restos de la muralla y dos torres, una redonda y otra cuadrada, atestiguan que en 1366 la ermita fue fortificada para albergar a las poblaciones cercanas de Santa Colomba en época de guerra.
La presencia de notables figuras religiosas locales, entre ellas el Beato Agustín Novello, que pasó allí los últimos años de su vida y murió en 1309, contribuyó a convertir a San Leonardo en un destino de peregrinación.
El Monasterio vivió así un periodo de gran prosperidad: se amplió la iglesia románica original y se construyó la nueva iglesia gótica con nave única, dividida en tres tramos, con un ábside rectangular.
Entre 1360 y 1370, el coro fue pintado íntegramente al fresco por el artista de Siena Lippo Vanni, con un ciclo dedicado a la Virgen. En la sala de la planta baja, originalmente destinada a refectorio, hay otro valioso fresco en la pared: la Crucifixión (1445) atribuida a Giovanni di Paolo di Grazia en su juventud, hacia 1445.
