El Oratorio de la Virgen de la Asunción, obra maestra de la pintura de Pistoia de finales del Siglo XIV, es conocido por los habitantes de Serravalle Pistoiese como la Casa de las Figuras.
Tras la supresión de las sociedades religiosas y los oratorios en 1789 -ordenada por el obispo de Pistoia, Scipione de' Ricci-, el edificio se utilizó como residencia civil y se dividió en cuatro habitaciones dispuestas en dos plantas, permaneciendo oculto durante siglos bajo el enlucido de una casa hasta que unas obras de renovación sacaron a la luz las pinturas.
En el muro de la fachada se encuentra la Crucifixión, mientras que en la contrafachada está la sinopia con la Dormitio Virginis y, la Ascensión de María al cielo (de la cual deriva el nombre del edificio).
En la pared izquierda se puede apreciar la Pasión de Cristo y en la derecha el Juicio Final, que presenta una escena monumental con Jesús Juez en el centro, dividida en tres registros: el inferior representa a los condenados bajo el control del Arcángel Gabriel que sostiene una espada, en el registro medio, los Apóstoles sostienen pergaminos y sus símbolos en las manos y, por último, en el registro superior, está la Virgen con Jesús, precedida por ángeles en vuelo con los símbolos de la Pasión.