La Fuente del Joven Baco es un monumento símbolo de la ciudad de Prato. El original se conserva en el patio del ayuntamiento, mientras que la que se puede ver en la plaza del ayuntamiento es una copia del siglo XX.
La obra se realizó con ocasión de la designación de Prato como ciudad y diócesis en 1653. Fue encargada al artista Ferdinando Tacca, quien la completó entre 1659 y 1665. La figura de bronce representa a un joven Baco, emblema de las frescas novedades que llegaron a la ciudad. El joven está sentado, rodeado de racimos de uvas y, desde las dos pilas principales, el agua se derrama en pilas más pequeñas.
La fuente está relacionada con una iniciativa tradicional de Ferragosto, que se modificó con el tiempo. Ese día, las sabrosas lonchas de sandía que se suelen distribuir entre los habitantes, se conservaron frescas en esta fuente.