Fortaleza de los Medici de Siena
Construida, destruida y vuelta a construir: la fortaleza de los Medici relata los acontecimientos militares que tuvieron lugar en Siena en el Siglo XVI
La Fortaleza de los Medici de Siena, también conocida como Fuerte de Santa Barbara, se levanta cerca del centro histórico de la ciudad. Deseado por los españoles primero y reconstruido por Florencia después, el edificio fue repetidamente un símbolo de opresión para el pueblo de Siena.
La construcción de la fortaleza se originó a partir de una estructura preexistente. A mediados del Siglo XVI, por orden del Rey Carlos V de Habsburgo, el ejército español levantó una fortaleza llamada "Cittadella", con el objetivo de someter a los sieneses y doblegarlos al dominio imperial. En el 1552 las obras aún no estaban terminadas, y cuando el pueblo de Siena se levantó, consiguió expulsar al ejército español y destruir la Cittadella, símbolo del poder enemigo.
Unos años más tarde, la guerra con los españoles por un lado y el ejército florentino por el otro condujo a la rendición de la ciudad. Por orden de Cosimo I de los Medici, la fortaleza fue reconstruida, con el objetivo de acallar cualquier intento de rebelión: las obras, que le dieron su aspecto actual, tuvieron lugar entre los años 1561 y 1563.
La Fortaleza de los Medici presenta una planta cuadrangular, con cuatro baluartes pentagonales. Los baluartes, orientados hacia los puntos cardinales, llevan los nombres de La Madonna, San Domenico, San Filippo, San Francesco, y llevan los escudos de la familia Medici. Imponente y majestuoso, el edificio cuenta con un perímetro exterior de 1.500 metros.
Los jardines frente a La Lizza conducen a la entrada, donde antiguamente se encontraba un puente levadizo. Es posible caminar a lo largo de las antiguas murallas y baluartes, rodeados de avenidas arboladas con bancos; también se ha habilitado aquí un pequeño parque para actividades deportivas.
Desde esta posición elevada se puede disfrutar de una vista de la ciudad de Siena, donde destacan la Torre del Mangia, el Duomo y la Basílica de San Domenico. La plaza, con su escalera póstuma en forma de anfiteatro, se utiliza para eventos al aire libre.
