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Photo © Mongolo1984
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Iglesia de San Ignacio de Loyola

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Lugares de culto

Descubriendo un edificio religioso en el cual también colaboró Gian Lorenzo Bernini

La iglesia y el convento Spirito Santo en Pistoia fueron construidos en el 1647 por iniciativa de la familia Rospigliosi, siguiendo el diseño del arquitecto jesuita Tommaso Ramignani. La imponente fachada en hileras de piedra bruta y los suntuosos mobiliarios han hecho de esta iglesia una de las más bellas y populares de la ciudad toscana. Este edificio y el colegio adyacente, situados frente al Palacio Rospigliosi, eran la acogían la comunidad jesuita que se había establecido en Pistoia en el 1635.

Giulio Rospigliosi, sucesivamente Papa Clemente IX, promovió muchas intervenciones para embellecer el interior, por parte de los más grandes artistas toscanos de la época: en el 1688 Gian Lorenzo Bernini fue comisionado para proyectar el altar mayor, sobre el cual fue colocado la grande tela de Pietro da Cortona con la Aparición de Cristo en Sant’Ignazio. Otra obra de gran valor es la tela de Ludovico Gimignani con la Virgen y Cristo en gloria junto con San Liborio, Santo Domenico, Santa Lucia y otros Santos, en la capilla principesca de la familia Rospigliosi.

Virgen y Cristo en gloria junto con Santos, Ludovico Gimignani
Virgen y Cristo en gloria junto con Santos, Ludovico Gimignani - Credit: Sailko

Con la supresión de la orden jesuita en el 1783, la iglesia sobrevivió como priorato hasta la década de 1960, cuando la inestabilidad geológica que había desestabilizado sus estructuras, aconsejaron su cierre. En los años ochenta, después de largas y complejas reconstrucciones, Spirito Santo fue nuevamente abierto. Turistas y residentes, además de redescubrir las valiosas obras maestras de los artistas barrocos, tuvieron la oportunidad de admirar el gran órgano de Hermans del 1664, situado en la pared izquierda del edificio.

William Hermans, jesuita, nació en el 1601 en Thorn, cerca de Maastricht, en el Limburgo holandés. Después de aprender el arte del órgano en Flandes y Francia, llegó a Italia donde reparó, amplió y construyó ex novo, muchos órganos en numerosas iglesias y conventos de la Península. Hermans logró unir, con una técnica admirable, los sonidos complementarios del órgano nórdico con aquellos del órgano clásico italiano. El instrumento que se conserva en la iglesia Spirito Santo está enmarcado por una gran caja de madera entallada y decorada con hojas de oro; la peculiaridad del instrumento consiste en sus extraordinarios sellos y en la extrema destreza con la cual fue construido, tomado como modelo de los maestros de órgano de la ciudad en épocas sucesivas.

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