Iglesia San Salvador de Ognissanti
Una joya florentina que custodia obras de extraordinario valor artístico
La Iglesia San Salvatore de Ognissanti se encuentra en Florencia, en la plaza homónima, y fue fundada a mediados del Siglo XIII por los frailes del Orden de los Humillados, una orden religiosa que, gracias a su posición estratégica cerca de los ríos Arno y Mugnone, pudo aprovechar el agua para la elaboración de la lana.
Durante el Siglo XIV, la iglesia se enriqueció con obras de arte de gran valor y en altar mayor se colocó la Majestad de Giotto, que actualmente se encuentra en la Galería de los Uffizi.
Sucesivamente se embelleció con otras obras importantes, como una Crucifixión pintada al fresco por Taddeo Gaddi y la Cruz de Ognissanti, que, tras una cuidadosa restauración, resultó estar firmada por Giotto, en torno al año 1315.
En el Siglo XV, Sandro Botticelli y Ghirlandaio trabajaron en Ognissanti.
En el 1480, Botticelli y Ghirlandaio pintaron dos frescos en el ábside, ahora separados y colocados en el centro de la nave: Botticelli representó a San Agustín en el estudio -a la derecha-, mientras que Ghirlandaio pintó a San Jerónimo en el estudio -a la izquierda-.
También en el 1480, Ghirlandaio pintó un fresco de la Última Cena, tema común a muchos refectorios de conventos en Florencia, del que también se conserva la sinopia.
El interior de la iglesia conserva su disposición arquitectónica gótica, con una sola nave y un crucero elevado, aunque está decorado en estilo barroco, al igual que la fachada, construida en el 1637 según un diseño del arquitecto Matteo Nigetti.
En el interior de la iglesia se encuentra también la tumba de Botticelli.
