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Fortaleza de Castiglione di Garfagnana

castle
Edificios históricos

La fortificación se remonta a la época romana y vivió muchas guerras y asedios

El pueblo de Castiglione di Garfagnana, a una altitud de 540 metros, gracias a su posición estratégica controlaba la zona de paso hacia San Pellegrino, el Paso delle Radici y la provincia de Módena. Por esta razón estuvo fortificado desde la antigüedad: los primeros fueron los romanos, que construyeron el Castrum Leonis sobre un espolón rocoso en la parte más alta del pueblo, luego la muralla fue ampliada por los longobardos.

El castillo tuvo una vida turbulenta: en 1170 fue sitiado por Lucca, que logró conquistarlo y destruirlo en parte; después de 15 años fue reconstruido por sus señores feudales, pero cuando los habitantes de Castiglione retomaron las armas contra Lucca, las tropas de Lucca volvieron, y esta vez lo arrasaron.
En 1230 los habitantes de Castiglione reconstruyeron la fortificación por enésima vez, pero en 1277 la ciudad volvió a encontrarse en el centro de las continuas guerras que asolaban Garfagnana. Fue asediado por Lucca y destruido por tercera vez.

En junio de 1370, los hijos de Castruccio Castracane ocuparon el castillo durante un breve periodo de tiempo; cuando fueron expulsados, el pueblo de Lucca tomó el control de Castiglione y lo reforzó con cinco torres, llamadas Brunella, del Reloj, de San Miguel, del Fattori y de San Pedro, cerca de la cual surge la fortaleza, que tiene túneles de comunicación con el exterior.

En 1610 Castiglione se defendió del ataque del ejército de Módena, resistiendo el asedio que se repitió en 1613, y desde entonces el pueblo ha tenido un largo periodo de paz. La estructura actual se remonta al siglo XIV, cuando las murallas se ampliaron con una longitud de 750 metros y una altura entre 11 y 17 metros.

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