La necrópolis Etrusca de Prato Rosello
En Artimino se encuentran numerosas tumbas de túmulos etruscas
La necrópolis Etrusca de Prato Rosello en Artimino se refiere a un período comprendido entre finales del siglo VIII y el VI a.C. y se caracteriza por la presencia de tumbas de túmulos.
Desde el pueblo Artimino se llega a Prato Rosello siguiendo un largo camino en el verde, que conduce a un amplio calvero y luego a un camino más pequeño recién marcado en la roca donde comienza el descenso hacia la necrópolis.
Desde lo alto se puede observar un extraordinario panorama de este lado de la colina, que se inclina significativamente hacia el curso del Arno y que debe haber aparecido, desde las primeras etapas de la historia etrusca, esparcida de túmulos, algunos de los cuales todavía son muy evidentes por la característica forma hemisférica del perfil externo.
En este lugar han sido identificadas numerosas tumbas, la mayoría de las cuales ya han sido devastadas y erosionadas a lo largo de los siglos.
Las más importantes son la Tumba de Pozo del Guerrero (siglo VIII a.C.), que se encuentra intacta en el interior del Túmulo B. y aquella del Túmulo C., con una tumba de cámara rectangular con paredes monolíticas, precedida por un pequeño vestíbulo y una escalera muy bien conservada, donde se ha encontrado un espléndido incensario de búcaro del siglo VII a.C., conservado en el Museo Arqueológico de Artimino.
Otros monumentos visibles son la tumba de cámara rectangular del Túmulo B, con un largo pasillo de acceso y un área pavimentada delante de ella, el Túmulo A, con una tumba de cámara rectangular, y el Túmulo X, con una tumba de cámara cuadrangular, con paredes formadas por elementos monolíticos encastrados y un pavimento de losas irregulares.
