La Parroquia de Santa Maria Assunta en Cellole, también conocida como Parroquia de Cellole, se encuentra en el territorio de San Gimignano, no muy lejos del recorrido de la Vía Francígena.
De origen muy antiguo, los primeros documentos que atestiguan su existencia se remontan al Siglo XI; la iglesia sufrió intervenciones entre los siglos XII y XIII hasta su consagración en la primera mitad del 1200. En esta misma época, según algunos pergaminos conservados en los Archivos de Siena, los locales de la parroquia habían asumido la función de leprosario.
La iglesia domina las colinas que rodean San Gimignano. Su estructura es típicamente románica y de planta rectangular. En el interior, tres naves están divididas por dos filas de once columnas que sostienen arcos de medio punto, y en el muro posterior hay un ábside semicircular, también visible desde el exterior.
En el edificio se puede admirar la pila bautismal de travertino y los restos de algunos frescos del Siglo XIV.
La fachada está casi escondida por una pequeña y encantadora arboleda de cipreses, que anuncia la llegada a la parroquia.
Adosado a la iglesia se encuentra el Monasterio de Bose in Cellole, que forma parte del complejo construido en torno al núcleo original del edificio e incluye también un oratorio y un patio cerrado por todos sus lados.