La parroquia románica San Giorgio in Brancoli se encuentra en el pueblo homónimo, en Piana di Lucca, en las laderas del macizo de Pizzorne. Este edificio sagrado es una obra maestra del arte románico y destaca también por la abundancia de obras maestras custodiadas en su interior.
Mencionada ya en el año 772, fue catalogada posteriormente como parroquia independiente en la segunda mitad del Siglo XI, cuando toda la zona, Brancoleria, crece tanto demográficamente como en importancia.
En estos años, gracias al interés del entonces Obispo Anselmo da Baggio, que más tarde se convertiría en Papa Alejandro II, y a las inversiones de Matilde de Canossa, que solía residir en la zona, se iniciaron los trabajos que más tarde llevarían a la iglesia a asumir el aspecto que aún conserva.
La estructura se compone de bloques de mármol que forman la sencilla fachada, que a su vez está parcialmente cubierta por el campanario almenado caracterizado por monóforas y ajimeces. La planta interna tiene tres naves sostenidas por columnas y capiteles que soportan arcos de medio punto. La iluminación proviene de pequeñas ventanas monóforas.
Las obras de arte del interior son muy valiosas. Hay una pila bautismal del Siglo XII finamente decorada, firmada por Guidi (un maestro lombardo-de Lucca), un púlpito de mármol y un ambón fechado en el 1194 por el maestro Guidetto, con una planta cuadrangular sostenida por columnas corintias con leones esculpidos. Destaca el altar del Siglo XI con seis columnas y una figura humana en el centro.
En la pared derecha hay una terracota vidriada del Siglo XV atribuida a Andrea della Robbia que representa a San Jorge, el dragón y la princesa, y en el altar hay una gran cruz de madera del Siglo XIII de la escuela de Berlinghieri y un tabernáculo de piedra del Renacimiento.
Lamentablemente, los frescos de las paredes se han perdido, salvo una Anunciación de Giuliano di Simone de finales del Siglo XIV. La parroquia también albergaba una preciosa pila de agua bendita con decoraciones vegetales y zoomorfas, lamentablemente robada.
Volviendo al exterior y observando de nuevo el dintel del portal del lado sur, se puede apreciar el Brancolino, un bajorrelieve de un hombrecillo estilizado, cuya función sigue siendo un misterio hoy en día.
Excepcionalmente bien conservada, esta parroquia puede visitarse gracias a los voluntarios locales que se han ofrecido para preservar y poder conocer este monumento simbólico del territorio.