Piazza del Campo
Con su forma de caracola es el corazón de Siena
Es el corazón de Siena, el eje del centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por UNESCO, y una de las plazas más bellas del mundo. Piazza del Campo, la caracola dividida en nueve secciones en memoria de los Nueve Señores que gobernaron la ciudad a finales del siglo XIII, es sorprendente por su elegancia y su forma única en el mundo.
Llamada así porque era un espacio verde donde tenía lugar el mercado, Piazza del Campo es hoy en día el Salón más bello en Siena, y la arena, al aire libre, donde dos veces al año se realiza el famoso Palio.
El 2 de julio y el 16 de agosto, la plaza pavimentada con pietra serena se cubre con una capa de tierra, compuesta por una mezcla de toba y arena, y allí compiten los caballos de los diferentes barrios.
Algunos de los monumentos más importantes en Siena se encuentran cerca del "Campo", donde en la Edad Media la gente se reunía para discutir los problemas de la ciudad: aquí está el Palacio Público, donde los gobiernos de la ciudad se han sucedido desde los últimos años del siglo XIII, cuando los Nueve se establecieron allí.
Como los Nueve no pudieron salir del Palacio durante los seis meses que ocupaban un cargo, construyeron la Logia de los Nueve, un balcón que da a la Piazza del Mercado, en la parte posterior del Palacio, donde descansaban y del cual se puede disfrutar de un espléndido panorama del Orto Pecci.
El Palacio Público es la sede del Museo Cívico con sus obras maestras del arte de Siena, incluyendo el espléndido fresco del siglo XIV de la Alegoría y los efectos del Buen y Mal Gobierno de Ambrogio Lorenzetti, pero también la Majestad de Simone Martini.
En la plaza se encuentra la Torre del Mangia, uno de los símbolos de la ciudad, de 102 metros de altura y construida a principios del siglo XIV: se puede subir a la cima y disfrutar de un panorama único de toda Siena.
También es espléndida la Fuente Gaia, la fuente al otro lado del Campo y es una copia del siglo XIX que reproduce el original esculpida por Jacopo della Quercia en el siglo XV, del que se pueden admirar algunas estatuas originales conservadas en el museo Santa Maria della Scala. Según la leyenda, el nombre de Gaia fue dado para recordar la felicidad de los habitantes de Siena cuando vieron fluir el agua por primera vez en la plaza.
