La Pieve di Santa Maria Assunta es una iglesia románica del siglo VIII situada en el término municipal de Massa e Cozzile.
Según la leyenda, fue consagrada por Frediano, el santo obispo de Lucca, en la época de la gran conversión lombarda.
Aunque no existen documentos históricos que lo confirmen, su antigua fundación estaría relacionada con la advocación a María, acordemente con la tradición de las iglesias más antiguas.
Construida junto a una pila para cumplir su función bautismal, esta parroquia medieval se situó extramuros para garantizar el libre acceso a los sacramentos y a la zona del cementerio.
En 1260, la iglesia era propietaria de once edificios sagrados y durante el siglo XIV fue incorporada a las nuevas murallas, lo que provocó las protestas de Buggiano, Borgo a Buggiano y Malocchio, que pidieron al papa su autonomía.
Durante el Renacimiento, esta parroquia medieval sufrió una transformación radical: conservando la planta de cruz latina, se amplió a tres naves y se enriqueció con un pórtico de tres arcos. La cúpula del ábside, obra de Gherardo Mechini, arquitecto del Gran Duque de Toscana, añadió prestigio a la estructura.
En el lado derecho se alza el campanario, que data del siglo XII y se levantó durante los trabajos del siglo XVI.
El interior fue enriquecido durante el siglo XVII con ocho grandes altares de piedra acompañados de otras tantas pinturas, entre ellas Deposición de la Cruz de Sebastiano Vini y Vergine Assunta con San Sebastiano e San Rocco de Giovanni Maria Butteri.
De la decoración destaca una estatua de madera policromada y dorada de una Virgen con el Niño de mediados del siglo XIV y la terracota vidriada y policromada de la Virgen con el Niño de la primera mitad del siglo XVI del taller de Benedetto Buglioni.
En la sacristía hay un espléndido mostrador de manufactura toscana del siglo XV decorado con incrustaciones geométricas.
El patrimonio orfebre y textil también es notable, como el ostensorio de plata en relieve, cincelada y burilada que data de 1663, obra de Paolo Laurentini.
También de Laurentini es una cruz de procesión de 1664 de plata en relieve, cincelada, grabada y calada.
Destaca por su fina hechura el Relicario de la Santa Cruz de plata en relieve y burilada con elementos decorativos dorados de refinada elegancia, realizados por un orfebre florentino desconocido en 1722.
Los indumentos litúrgicos son italianos y franceses del siglo XVIII, en brocado de plata y bordados de seda y oro.
El mantel del altar, de lino blanco de Umbría con labores de "ojo de perdiz", es de gran valor.
El tejido más antiguo, de la primera mitad del siglo XVI y representativo de las cotizadas manufacturas florentinas que producían telas de gran calidad, es una casulla de brocatel hecho de seda y lino. Gran parte del patrimonio orfebre y textil se conserva y expone en el Museo di San Michele.