Cuando se llega a la Plaza de la República se puede realmente decir que se ha llegado al centro de Florencia. La Columna de la Abundancia representa el centro exacto de la ciudad, el antiguo"ombligo" del Foro Romano.
También marca el límite entre los tres de los cuatro barrios históricos florentinos que se encuentran de esta parte del Arno, es decir, entre los azules de Santa Croce, los verdes de San Giovanni y los rojos de Santa Maria Novella; los blancos de Santo Spirito tienen de hecho su territorio en Oltrarno.
Parte de la plaza actual fue utilizada como mercado y precisamente porque era el punto más importante a nivel comercial, político y social de la ciudad, en este lugar nacieron numerosas anécdotas y leyendas.
Una de las leyendas narra que en un día del 1245 San Pietro Martire había decidido de predicar delante de una gran multitud cuando el diablo, disfrazado de poderoso caballo negro, quiso dispersar a toda esa gente corriendo enloquecido por el mercado y atropellándolos.
Entonces San Pietro Martire, consciente del peligro, levantó el brazo y dibujó con la mano el signo de la cruz en dirección al caballo encabritado que se detuvo inmediatamente y luego desapareció. Algunos siglos más tarde, en recuerdo de este episodio, Bernardo Vecchietti ordenó a Giambologna que modelara un portabanderas de bronce en forma de diablo y lo colocó en la esquina de su palacio, entre Via Vecchietti y Via Strozzi.
El aspecto actual de la plaza se debe a las intervenciones urbanas realizadas en el siglo XIX, cuando Florencia era la capital del Reino de Italia.
Durante la llamada Renovación fueron eliminados edificios antiguos como torres medievales y palacios nobiliarios y reemplazados por elegantes edificios, incluyendo el histórico Café Le Giubbe Rosse, que transformaron la Plaza de la República en la sala importante de la ciudad.