Las tierras de Siena, en cada uno de sus rincones, están dispuestas para sorprender con su riqueza histórica, gastronómica y vinícola, artística y naturalística. Montalcino, un encantador pueblo ya conocido en todo el mundo por su óptimo vino, está rodeado por las sinuosas y fascinantes colinas de Val d'Orcia, patrimonio de Unesco, colinas armoniosamente forjadas por la mano del hombre, que a veces dan paso a los oasis salvajes de especial valor naturalístico.
Al igual que la Reserva Natural El Bogatto, un área de unas 586 hectáreas donde la naturaleza prospera sin ser perturbada; se estableció en el 2008, creando una continuidad con la adyacente Reserva Natural de Bajo Merse. Se encuentra en las afueras de Montalcino y protege el particular e importante hábitat fluvial de Ombrone, en la confluencia con el río Merse. El entorno se compone principalmente de vegetación típica mediterránea esparcida de encinas y arbustos esclerófilos, a veces también de bosques de coníferas, principalmente pinos, que se plantaron para dar más coherencia a las laderas estériles de las colinas que sufrieron frecuentes incendios a mediados del siglo pasado. Pero el hábitat más valioso es el que se desarrolla en la llamada franja ribereña, es decir, aquella que se encuentra en las inmediaciones del río, poblado por sauces, álamos y numerosas especies animales, especialmente aves, que prosperan y encuentran aquí alimento y refugio gracias a la escasa presencia humana.