El Santuario de la Madonna de Valdibrana, en las tranquilas campañas de Pistoia, es un edificio de culto al cual los lugareños están muy apegados. Se trata de una iglesia del siglo XVII, construida tras la milagrosa aparición de la Virgen a una pastora, que tuvo lugar para revelar el lugar exacto donde había un icono sagrado. Con el paso del tiempo, a esta imagen han sido atribuido varios milagros, de ahí el deseo de construir el santuario a mediados del siglo XVII.
En el edificio de estilo neoclásico, detrás del altar mayor, hay se encuentra una piedra bendita muy venerada por los fieles, que acuden a este lugar de oración especialmente en mayo. En el interior de la iglesia hay también una pintura del 1625 del pintor de Pistoia Alessio Gimignani, que representa una Anunciación y dos Santos.