La Sinagoga de Siena, espléndido ejemplo de arquitectura entre el Rococó y el Neoclasicismo, fue inaugurada en el 1786 y se encuentra a pocos pasos de la Plaza del Campo, en el corazón del antiguo gueto hebreo de Siena, donde los mismos permanecieron confinados hasta el 1859.
A pesar de las limitaciones y las fuertes restricciones, la Comunidad Hebrea de Siena creció y llegó a tener más de 400 miembros y su compromiso contribuyó significativamente al crecimiento económico y cultural de la ciudad.
La sinagoga, que aún hoy se utiliza para los servicios religiosos de la comunidad hebrea del lugar, acoge antiguos pergaminos de la Torah, objetos de plata y vestimentas rituales de gran valor, que se exhiben en la sala contigua a aquella de oración.
La antigua tribuna de las mujeres, dispuesta en dos pisos, se asoma a la sinagoga protegida por rejas de madera calada con motivos florales: un lugar acogedor y evocador, que ya no se utiliza con fines rituales, sino que complementa la visita a la sinagoga y alberga un recorrido de textos, imágenes, libros de oraciones y objetos que muestran los aspectos más significativos de la larga presencia hebrea en Siena.