En Montelupo Fiorentino, en la margen derecha del Virginio, se encuentran los restos de una antigua villa romana quefue utilizada como granja y que contaba con una gran superficie para la siembra. Las excavaciones han permitido datar el edificio, también mediante el descubrimiento de algunos objetos, en el siglo I a.C.
Una domus de este tipo es única en la provincia florentina: es una gran estructura de dos plantas y más de quince habitaciones. La planta superior era de uso residencial, donde vivían tanto los propietarios como los sirvientes, mientras que en la planta baja se realizaban todas las actividades relacionadas con el cultivo de los campos circundantes.
La producción de uva y de vino queda demostrada por algunos hallazgos en este nivel: depósitos de barro, por ejemplo, así como algunas salas donde se realizaba el prensado de las uvas vendimiadas. Otro trabajo artesanal que tuvo lugar en la granja y que aún caracteriza esta parte de Toscana es el de la cerámica, como lo demuestran los dos hornos para cocer el material encontrados en la villa.
Como en las otras casas clásicas de la época, también había un espacio para las termas, con el frigidarium, el tepidarium, el calidarium e incluso el laconicum, donde se podían tomar baños de vapor.