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Centro histórico de Abbadia San Salvatore
Photo © Claudia D'Aliasi
Photo © Claudia D'Aliasi

Abbadia San Salvatore

De la antiquísima Abadía al Museo Minero, descubriendo uno de los pueblos más sugestivos de la Montaña Amiata

La hermosa Abbadia San Salvatore es, en línea recta, el centro más cercano a la cima de la Montaña Amiata y uno de los centros turísticos más famosos de la zona. El antiguo centro se desarrolló en torno a las actividades religiosas llevadas a cabo por la iglesia homónima, y con el paso de los años ha seguido perdiendo importancia.
En el siglo XV, el Papa Pío II lo describió de esta manera en sus Comentarios: "La naturaleza formó un valle de unas ocho etapas, limitado por escarpados acantilados. Los antiguos construyeron allí un pueblo que estaba bien defendido por un pozo lleno de agua corriente".

Qué puedes ver en Abbadia San Salvatore

El primer impacto con Abbadia puede ser un poco engañoso: al llegar desde la Vía Cassia se tiene la impresión de un pueblo moderno con amplias calles arboladas. Pero una vez que se llega al centro, la atmósfera cambia dejando espacio para el encantador pueblo, uno de los lugares más evocadores de Toscana medieval.
En el corazón del pueblo se encuentra la Abadía de San Salvatore fundada, según la tradición, en el 762 por el duque longobardo Ratchis. Aquí se ha conservado la antiquísima Biblia Amiatina, un antiguo ejemplar de manuscrito.  Por último, es muy sugestiva la cripta longobarda que se piensa corresponda al Siglo VII a.C. con sus treinta y cuatro columnas.

El Castillo está atravesado por tres calles más o menos paralelas en las cuales se encuentran la Iglesia Santa Croce construida en el 1221, y aquella Sant'Angelo del 1313, que actualmente es una residencia privada.
También vale la pena ver el Palacio del Podestá, el Palacio del Pueblo y los otras numerosas construcciones medievales del pueblo.

De cierto interés histórico es el complejo de la mina que se encuentra a las puertas de la ciudad. Explotada entre el 1897 y los años 70, la mina es testigo de la profunda transformación de Abbadia San Salvatore en el siglo XX. La mina, ahora en desuso, se ha transformado en un Museo Minero dedicado a la geología, la historia de la explotación del mineral, el trabajo en el túnel y en la planta metalúrgica y la vida cotidiana de los mineros. Fuera del museo se puede ver uno de los trenes de vía estrecha que se utilizaban en las galerías.

El primer impacto con Abbadia puede ser un poco engañoso: al llegar desde la Vía Cassia se tiene la impresión de un pueblo moderno con amplias calles arboladas. Pero una vez que se llega al centro, la atmósfera cambia dejando espacio para el encantador pueblo, uno de los lugares más evocadores de Toscana medieval.
En el corazón del pueblo se encuentra la Abadía de San Salvatore fundada, según la tradición, en el 762 por el duque longobardo Ratchis. Aquí se ha conservado la antiquísima Biblia Amiatina, un antiguo ejemplar de manuscrito.  Por último, es muy sugestiva la cripta longobarda que se piensa corresponda al Siglo VII a.C. con sus treinta y cuatro columnas.

El Castillo está atravesado por tres calles más o menos paralelas en las cuales se encuentran la Iglesia Santa Croce construida en el 1221, y aquella Sant'Angelo del 1313, que actualmente es una residencia privada.
También vale la pena ver el Palacio del Podestá, el Palacio del Pueblo y los otras numerosas construcciones medievales del pueblo.

De cierto interés histórico es el complejo de la mina que se encuentra a las puertas de la ciudad. Explotada entre el 1897 y los años 70, la mina es testigo de la profunda transformación de Abbadia San Salvatore en el siglo XX. La mina, ahora en desuso, se ha transformado en un Museo Minero dedicado a la geología, la historia de la explotación del mineral, el trabajo en el túnel y en la planta metalúrgica y la vida cotidiana de los mineros. Fuera del museo se puede ver uno de los trenes de vía estrecha que se utilizaban en las galerías.

En los alrededores

Fuera del primer recinto amurallado, se encuentran la Iglesia San Leonardo del Siglo XIII, la Iglesia Virgen de los Remedios del siglo XVII, que alberga frescos de Nasini, y aquella de la Virgen del Castaño del siglo XVI, ya en el camino hacia Amiata.

Siguiendo un camino de tierra, se llega a la pequeña y rústica Iglesia de Ermeta, inmersa en el verde del bosque. Un poco más abajo está el Peñasco de Dante - llamado así por la forma que recuerda el perfil del sumo poeta - y la Gruta del Arquero, también conocida como "del Tesoro".

Sea cual sea la estación del año en la que decidas visitar Abbadia, no puedes dejar de subir a la cima de la Montaña Amiata, la gran montaña madre que domina todo el valle circundante. Aquí recomendamos un paseo a lo largo de los caminos de senderismo y, para los amantes de la bicicleta, una excursión en bicicleta de montaña.

Fuera del primer recinto amurallado, se encuentran la Iglesia San Leonardo del Siglo XIII, la Iglesia Virgen de los Remedios del siglo XVII, que alberga frescos de Nasini, y aquella de la Virgen del Castaño del siglo XVI, ya en el camino hacia Amiata.

Siguiendo un camino de tierra, se llega a la pequeña y rústica Iglesia de Ermeta, inmersa en el verde del bosque. Un poco más abajo está el Peñasco de Dante - llamado así por la forma que recuerda el perfil del sumo poeta - y la Gruta del Arquero, también conocida como "del Tesoro".

Sea cual sea la estación del año en la que decidas visitar Abbadia, no puedes dejar de subir a la cima de la Montaña Amiata, la gran montaña madre que domina todo el valle circundante. Aquí recomendamos un paseo a lo largo de los caminos de senderismo y, para los amantes de la bicicleta, una excursión en bicicleta de montaña.

Eventos

Cada año, durante la noche de Nochebuena, la Abadía de San Salvador se llena de gente para el encendido de las antorchas, una extraordinaria tradición milenaria que reúne a todos los lugareños y a muchos turistas. Cuando llega medianoche, para celebrar la Navidad, los grandes montones de madera, preparados en forma de pira, se hacen arder, creando una atmósfera evocadora y cálida que te lleva atrás en el tiempo.

Incluso durante Pascua, la Abadía de San Salvador continúa con otra antigua tradición: la Giudeata, una procesión religiosa con figuras disfrazadas en la que se observa el paso de Cristo por las calles del pueblo.

Cada año, durante la noche de Nochebuena, la Abadía de San Salvador se llena de gente para el encendido de las antorchas, una extraordinaria tradición milenaria que reúne a todos los lugareños y a muchos turistas. Cuando llega medianoche, para celebrar la Navidad, los grandes montones de madera, preparados en forma de pira, se hacen arder, creando una atmósfera evocadora y cálida que te lleva atrás en el tiempo.

Incluso durante Pascua, la Abadía de San Salvador continúa con otra antigua tradición: la Giudeata, una procesión religiosa con figuras disfrazadas en la que se observa el paso de Cristo por las calles del pueblo.

Productos típicos

Entre las especialidades de Abbadia San Salvatore podemos mencionar la sopa de setas y las castañas igp, y también la Ricciolina: un delicioso pastel de pastaflora relleno de crema de chocolate, avellanas y merengue, el dulce típico del pueblo.

Entre las especialidades de Abbadia San Salvatore podemos mencionar la sopa de setas y las castañas igp, y también la Ricciolina: un delicioso pastel de pastaflora relleno de crema de chocolate, avellanas y merengue, el dulce típico del pueblo.

Amiata

Amiata
Una tierra exuberante y por descubrir, dominada por el antiguo volcán
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