Al llegar al pueblo, una de las primeras cosas que llama la atención es el imponente monumento a los Caídos por el Trabajo. A la derecha de la escalera hay una placa que indica el lugar donde David Lazzaretti, el profeta de Amiata, fue asesinado en el 1878.
Antes de entrar en el pueblo antiguo vale la pena visitar la Iglesia de la Madonna de las Gracias (o Coronada), uno de los santuarios más venerados de Amiata. Aquí se encuentran varias obras de arte, todas de la escuela de Siena. Se destaca la Virgen en Gloria entre los santos Sebastiano y Rocco de Ventura Salimbeni y una Virgen con Niño de principios del siglo XV que proviene del Palacio de la Capitanía, que actualmente se exhibe en el altar mayor.
Inmediatamente afuera de la Puerta Talassese encontramos la pequeña e interesante Iglesia Sant'Andrea del 1118.
En la carretera que conduce al pueblo se halla una curiosa fuente neogótica de fundición realizada en Follonica en las Fundiciones Gran Ducal. Todavía unas pocas rampas más y llegarás a la base de la Fortaleza que se asoma a una plaza pequeña y tranquila.
La Fortaleza de los Aldobrandeschi es uno de los castillos medievales más antiguos y mejor conservados de la zona de Amiata. No te pierdas la visita a este importante edificio histórico, que alberga el Museo David Lazzaretti, el Museo del Paisaje Medieval y elMuseo de Arte y Cultura Orientales (MACO).
Ahora es el momento de descubrir las calles empedradas que forman el corazón del centro histórico. Entre ellas se destaca la iglesia medieval San Niccolò. Una bajada conduce al Terziere del Codaccio y a la Iglesia San Leonardo, construida en el siglo XII y reestructurada en el siglo XVI. El interior del edificio, dañado en la Segunda Guerra Mundial, conserva una serie de pinturas importantes incluyendo la Decapitación de San Giovanni Battista (1588- 89) de Francesco Vanni.
Desde la carretera hacia Montelaterone, una bajada entre hermosos castaños conduce a la Parroquia Santa Maria in Làmula, construida en el 1268 sobre los restos de un edificio más antiguo, a pesar de las renovaciones que ya se iniciaron en la segunda mitad del siglo XIII y de la restauración moderna, es uno de los ejemplos más significativos de la arquitectura románica en el sur de Toscana.