Barga está dominada por el Castillo que, situado sobre un espolón rocoso, muestra la estructura típica del pueblo medieval protegido por un recinto amurallado al cual se accede a través de tres puertas: Porta Reale, Porta Macchiaia y Porta di Borgo. Caminando por los pasadizos y las pequeñas plazas, se puede descubrir en el entramado de sugestivos trayectos, toda la agradable irregularidad de los edificios antiguos.
Siguiendo la vía del Pretorio, verás pasadizos y entradas, fragmentos de edificios medievales y vistas en perspectiva y luego, después de pasar la Plaza Ser Barghesano, podrás admirar la bella vista de la Catedral San Cristoforo. Enmarcado por imágenes asimétricas de los tejados del centro histórico y, más a lo lejos por el verde de las colinas esparcidas de pueblos y caseríos, se ve la soberbia corona de la cadena de los Alpes Apuanos.
Se destaca en particular el Conservatorio Santa Elisabetta que originariamente era un antiguo monasterio de las Clarisas, fundado por Beato Michele Turignoli en el Siglo XV y que fue transformado en el 1788 por Pietro Leopoldo, Gran Duque de Toscana, en el Conservatorio para la educación de las niñas. El imponente edificio rectangular se presenta en tres órdenes y cela en su interior un gran claustro equipado con cisternas muy grandes. A su alrededor encontramos las murallas originales del Castillo de Barga, construido en el Siglo XVI. Entre el mobiliario de la pequeña iglesia de las monjas se puede ver un hermoso retablo de la escuela de la Robbia. También es interesante el gran Crucifijo del Siglo XV y dos pinturas del Siglo XVII.