Las colinas en Crespina y Lorenzana gozan de excelentes condiciones climáticas y, junto con el paisaje con sus numerosos cursos de agua, ayudan a que en esta zona se produzca un vino agradable y que sea productiva la actividad de floricultura en vivero.
Precisamente por la belleza de sus panoramas, el pueblo de Crespina, desde finales del Siglo XVIII, se caracterizó por sus grandes villas señoriales. En el siglo sucesivo se construyeron otras nuevas y bellísimas, que fueron famosas por la presencia de pintores y artistas como Giovanni Battista Tempesti, Silvestro Lega y Giovanni Fattori, exponentes del movimiento de los Macchiaioli.