Los dibujos geométricos de las vides y de los cipreses, el color plateado de los olivos, los frondosos robledales, crean un entorno encantador donde la mano del hombre ha trabajado en armonía con la naturaleza. Nos encontramos en las colinas de Chianti Senese, la tierra del Gallo Nero, donde surge el encantador pueblo de Volpaia, rodeado de unos panoramas excepcionales.
El antiguo castillo de Volpaia, de origen medieval y de impacto inalterado, es una aldea de Radda in Chianti, que junto con Gaiole y Castellina in Chianti formaba la antigua liga militar florentina de Chianti, los tres municipios del histórico emblema del Gallo Nero, una alianza creada a finales del 1300 d.C. para defender el territorio. Volpaia, situada a más de 600 metros de altitud en la cresta de una colina que divide dos valles, fue un punto estratégico y el escenario de siglos de lucha entre las repúblicas de Florencia y Siena.
El símbolo del Gallo Nero fue tomado posteriormente por el consorcio vinícola del Chianti Classico y sigue utilizándose hoy en día como marca comercial del mundialmente famoso vino, que puede degustarse en el Castillo de Volpaia, que domina la bonita plaza principal del pueblo, o en una de las bodegas locales.
Además de custodiar un antiguo y renombrado arte del vino y de la comida, Volpaia conserva muchas otras cosas de su pasado, incluyendo algunas reliquias sagradas como la Capilla de Sant'Eufrosino, una pequeña iglesia construida alrededor de mediados del 1400 d.C. y un destacado ejemplo renacentista en la zona del Chianti.