Desde Giglio Porto, el pintoresco y pequeño puerto de la Isla de Giglio, donde atracan los transbordadores procedentes de Porto Santo Stefano, una estrecha y sinuosa carretera conduce a la parte central y más alta de la isla, donde, a unos 400 metros s.n.m., se alza Giglio Castello: sede administrativa, memoria histórica y corazón palpitante de la segunda isla más grande del Archipiélago Toscano.
El lugar ha conservado su aspecto de pueblo fortificado medieval, rodeado de altas murallas con torres que encierran un laberinto de pasadizos coronado con arcos, pasadizos subterráneos, escaleras empinadas excavadas en la roca y viejas casas apoyadas unas contra otras, dominadas por la Fortaleza de los Aldobrandeschi.
Giglio Castello, gracias a su posición de pueblo encaramado en la cumbre de las islas más preciadas del Mediterráneo, ofrece unas vistas encantadoras del Monte Argentario, la Isla de Elba, la Isla de Montecristo o Córcega, rodeadas del azul brillante del mar. No en vano, es uno de los 27 pueblos toscanos que figuran en la lista oficial de "Los pueblos más bellos de Italia".