El pueblo de Montedivalli es más famoso por la majestuosa y muy visible Parroquia de Sant'Andrea, un edificio de culto que volvió a utilizarse y se abrió al público en 2011 tras una cuidadosa restauración.
La primera atestación de este lugar se remonta a un diploma del 19 de mayo de 963 en el cual el Emperador Otón I reconocía a Adalberto, Obispo de Luni, algunas antiguas posesiones entre las que se encontraba el "castrum sancti Andree", un campamento defensivo y militar que se había levantado anteriormente en la colina. En 1148, la Parroquia de Sant’Andrea fue mencionada por primera vez como "parroquia" en el privilegio papal de Eugenio III.
El edificio de la parroquia es uno de los monumentos más interesantes de la región de Lunigiana: desde las macizas columnas de arenisca con capiteles corintios fitomorfos y antropomorfos (típicos del estilo románico), hasta los hermosos ábsides de bloques cuadrados de arenisca. En la fachada se puede apreciar una figura misteriosa, tal vez un abad o más probablemente el Obispo Venanzio (Obispo de Luni del Siglo VI) representado con un báculo en forma de tau y una larga sotana.
En el interior del edificio, además de la pila bautismal que distingue y es prerrogativa de las antiguas parroquias, se encuentran tres hermosas esculturas de mármol que representan a San Pedro, la Virgen con el Niño y Cristo de la Piedad. Estas esculturas, probablemente realizadas entre la séptima y la octava década del Siglo XIV por Maestros Campioneses, siguen siendo actualmente, objeto de una fuerte veneración por parte de la población local.