Monteriggioni

El lugar de más interés es seguramente el Castillo de Monteriggioni, fundado en la segunda década del Siglo XIII por la República de Siena con el objetivo de crear un puesto de avanzada defensivo contra Florencia. Monteriggioni conserva la mayor parte de las estructuras del Siglo XIII, como su recinto amurallado  que abraza la cima de la colina por una longitud de unos 570 metros, y está dotado de 14 imponentes torres que envuelven el panorama de Terre di Siena.

Dentro de los murallas, en la grande plaza se asoma la Iglesia Santa Maria Assunta. Es ciertamente el edificio que mejor conserva las antiguas características medievales.

No debes perderte el recorrido didáctico Monteriggioni de Arma que exhibe las fieles reproducciones de armas y armaduras medievales y renacentistas.

En toda la zona de Monteriggioni se pueden encontrar parroquias, como la antigua Parroquia Santa Maria Castello, pero también villas y pequeños pueblos inmersos en un paisaje de rara belleza como Abbadia Isola, un lugar encantado, habitado desde el Siglo IX a.C.

Uno de los placeres relacionados al descubrimiento de estos sitios es la posibilidad de visitarlos a pie o en bicicleta, a través de los numerosos senderos naturalísticos y caminos, entre los que se encuentra la Vía Francígena, la Etapa 32 desde San Gimignano hasta Monteriggioni es sin duda una de las más emblemáticas.  

Muy cerca de Monteriggioni, tienes la oportunidad de visitar los maravillosos territorios de Valdelsa y Valdicecina y el cercano Siena que conserva un patrimonio arquitectónico medieval único.

Cada año, en julio, el pueblo cobra vida con la evocación histórica Monteriggioni se corona de torres. Una fiesta medieval entre las más antiguas de Italia que, desde hace más de treinta años ha acogido a miles de visitantes. Será posible admirar a las personas con hermosas ropas de la época y gustar  especialidades culinarias que han sido olvidadas. 

En efecto, Monteriggioni ocupa la cima de una colina rodeada de viñedos y olivos. Es el lugar perfecto para los amantes del buen vino y no faltan bodegas donde se puede degustar el Chianti Classico DOCG y el Chianti Colli Senesi DOCG. Se trata de vinos con cuerpo e intensos que se combinan perfectamente con los productos típicos de la zona como el azafrán, el queso, la miel y el aguardiente.