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Roccalbegna
Photo © Flavia Cori
Photo © Flavia Cori

Roccalbegna

Un encantador pueblo medieval en la Montaña Amiata

El pueblo medieval de Roccalbegna es un pequeño lugar que parece salido de una novela de fantasía. Un fuerte apoyado sobre una especie de roca ciclópea, pende sobre el grupo de casas que forman la aldea, y la desproporción entre aldea y roca hace pensar realmente en la presencia de un dragón y en el tesoro que custodia.

Este pequeño y encantador pueblo fue una antigua posesión de la familia Aldobrandeschi, luego pasó a la República de Siena. Sucesivamente se convirtió en la fortaleza de la Montaña Amiata de la familia Medici; luego, del condado de Santa Fiora. Sólo en el Siglo XVIII, Roccalbegna se convirtió en un municipio libre del Gran Ducado de Toscana.
Hoy en día es un lugar encantador, rico en historia, arte, naturaleza y tradiciones.

Qué puedes ver en Roccalbegna

Vale la pena pasera por el pueblo de Roccalbegna. Entre un callejón y otro, también se puede admirar la evidencia histórica que los grandes artistas han dejado aquí a lo largo del tiempo.

El monumento más famoso del lugar es la sugestiva Iglesia Santos Pietro y Paolo, situada en la plaza central de la pequeña aldea, donde se encuentra el Municipio y la pequeña y sugestiva Torre Cívica (con reloj). El terreno de la zona, notoriamente inestable, provoca a menudo pequeños desprendimientos de tierra, como lo demuestra la iglesia misma, cuyo dintel de portal se inclinó visiblemente tras uno de estos desprendimientos, lo que da al edificio un aspecto tan torcido como único. En su interior se pueden admirar frescos y pinturas de gran valor, entre las que destaca el retablo de una Madonna con el Niño, pintado en el 1340 por Ambrogio Lorenzetti.

Detrás de la iglesia está el Oratorio del Crucifijo usado que ahora es utilizado como museo. Francesco Nasini y Sebastiano Folli son los autores más representados en la Pinacoteca. La cruz de Luca di Tommè, realizada por el maestro de Siena alrededor del 1360, es espléndida.

Fuera de la Porta de Maremma, completa el cuadro de los monumentos del pueblo la pequeña iglesia de la Madonna, con frescos del siglo XV. Detrás de la iglesia, te aconsejamos visitar la explanada panorámica del Fuerte. Pero la meta más significativa es la Pietra, el torreón que domina la aldea y a la que se accede por una empinada carretera asfaltada y luego por los estrechos escalones de piedra que se aferran al acantilado.

Vale la pena pasera por el pueblo de Roccalbegna. Entre un callejón y otro, también se puede admirar la evidencia histórica que los grandes artistas han dejado aquí a lo largo del tiempo.

El monumento más famoso del lugar es la sugestiva Iglesia Santos Pietro y Paolo, situada en la plaza central de la pequeña aldea, donde se encuentra el Municipio y la pequeña y sugestiva Torre Cívica (con reloj). El terreno de la zona, notoriamente inestable, provoca a menudo pequeños desprendimientos de tierra, como lo demuestra la iglesia misma, cuyo dintel de portal se inclinó visiblemente tras uno de estos desprendimientos, lo que da al edificio un aspecto tan torcido como único. En su interior se pueden admirar frescos y pinturas de gran valor, entre las que destaca el retablo de una Madonna con el Niño, pintado en el 1340 por Ambrogio Lorenzetti.

Detrás de la iglesia está el Oratorio del Crucifijo usado que ahora es utilizado como museo. Francesco Nasini y Sebastiano Folli son los autores más representados en la Pinacoteca. La cruz de Luca di Tommè, realizada por el maestro de Siena alrededor del 1360, es espléndida.

Fuera de la Porta de Maremma, completa el cuadro de los monumentos del pueblo la pequeña iglesia de la Madonna, con frescos del siglo XV. Detrás de la iglesia, te aconsejamos visitar la explanada panorámica del Fuerte. Pero la meta más significativa es la Pietra, el torreón que domina la aldea y a la que se accede por una empinada carretera asfaltada y luego por los estrechos escalones de piedra que se aferran al acantilado.

En los alrededores

Los alrededores de Roccalbegna también merecen ser visitados.
La aldea de Cana conserva parte de su aspecto medieval y custodia una hermosa cisterna de la época de los Medici. Poco antes, en Vallerona, se pueden ver la Iglesia San Pío I y una fuente neoclásica. 

El territorio de la Montaña Amiata es un espectáculo para los amantes de la naturaleza que pueden seguir el camino de tierra que discurre a lo largo del río Albegna hacia el sur. El primer tramo, de unos tres kilómetros, se puede hacer en coche o en bicicleta de montaña, y luego hay que seguir a pie a lo largo del pedregal. Los álamos y sauces sustituyen a las encinas y las retamas, y no es difícil observar numerosas especies de aves como el mirlo acuático y el martín pescador.
También se asoma al río el Oasis WWF del Bosque Rocconi, cuya importancia fáunica es sobre todo ornitológica, es el hogar de aves rapaces raras como atahorma, halcón, gavilán y halcón borni, todas ellas son especies tuteladas.

En la orilla izquierda del río Albegna, se encuentra la Reserva Natural Pescinello que tutela las laderas sur del complejo calcáreo del Monte Labbro, mientras que las laderas norte forman parte de la Reserva Natural Provincial del Monte Labbro. Se caracteriza por una gran biodiversidad debido a la presencia de bosques, arbustos, acantilados de piedra caliza, manantiales, pozas y quebradas. En el interior, sobreviven árboles seculares de tamaño y belleza extraordinarios y se ha recreado un entorno húmedo para proteger a ciertas especies animales.

Cerca de Roccalbegna se encuentra Triana, un poderoso castillo que pasó de la familia Aldobrandeschi a los Piccolomini de Siena en el 1388 y que está formado por dos imponentes edificios y una poderosa torre, en gran parte cubierta de hiedra.

Los alrededores de Roccalbegna también merecen ser visitados.
La aldea de Cana conserva parte de su aspecto medieval y custodia una hermosa cisterna de la época de los Medici. Poco antes, en Vallerona, se pueden ver la Iglesia San Pío I y una fuente neoclásica. 

El territorio de la Montaña Amiata es un espectáculo para los amantes de la naturaleza que pueden seguir el camino de tierra que discurre a lo largo del río Albegna hacia el sur. El primer tramo, de unos tres kilómetros, se puede hacer en coche o en bicicleta de montaña, y luego hay que seguir a pie a lo largo del pedregal. Los álamos y sauces sustituyen a las encinas y las retamas, y no es difícil observar numerosas especies de aves como el mirlo acuático y el martín pescador.
También se asoma al río el Oasis WWF del Bosque Rocconi, cuya importancia fáunica es sobre todo ornitológica, es el hogar de aves rapaces raras como atahorma, halcón, gavilán y halcón borni, todas ellas son especies tuteladas.

En la orilla izquierda del río Albegna, se encuentra la Reserva Natural Pescinello que tutela las laderas sur del complejo calcáreo del Monte Labbro, mientras que las laderas norte forman parte de la Reserva Natural Provincial del Monte Labbro. Se caracteriza por una gran biodiversidad debido a la presencia de bosques, arbustos, acantilados de piedra caliza, manantiales, pozas y quebradas. En el interior, sobreviven árboles seculares de tamaño y belleza extraordinarios y se ha recreado un entorno húmedo para proteger a ciertas especies animales.

Cerca de Roccalbegna se encuentra Triana, un poderoso castillo que pasó de la familia Aldobrandeschi a los Piccolomini de Siena en el 1388 y que está formado por dos imponentes edificios y una poderosa torre, en gran parte cubierta de hiedra.

Eventos

El fuego, que purifica, destruye y recrea haciendo fértil la tierra, es un elemento típico de este territorio y el protagonista de algunos acontecimientos folclóricos.

El evento más importante es ciertamente la "Focarazza" o "Palio de Stollo", el antiguo rito del árbol de fuego que se celebra en el pueblo de Santa Caterina en la noche del 24 de noviembre, la víspera del cumpleaños de Santa Caterina de Alejandría, y que involucra a toda la población. Después de la puesta de sol, se enciende un fuego en la pila de madera de la colina sobre el pequeño pueblo, en el centro del cual hay un tronco llamado stollo, se enciende el fuego y las llamas se elevan iluminando la noche. Una vez que el fuego comienza a apagarse, los hombres de Santa Caterina, divididos en grupos según los barros a los cuales pertenecen, desafían el calor y el humo para tomar posesión del stollo ennegrecido por las llamas y llevarlo al propio barrio. Esta emocionante lucha da vida a una escena mágica y surrealista, con hombres ennegrecidos por el humo que se persiguen unos a otros por las calles del pueblo, aferrándose al tronco de madera, que finalmente es izado en el pueblo ganador. Luego, el stollo  es cortado y a cada participante se le da un pedazo para que lo queme en la chimenea de su casa. Después de ello las cenizas se esparcen en los campos como un presagio de una temporada fértil.

El fuego, que purifica, destruye y recrea haciendo fértil la tierra, es un elemento típico de este territorio y el protagonista de algunos acontecimientos folclóricos.

El evento más importante es ciertamente la "Focarazza" o "Palio de Stollo", el antiguo rito del árbol de fuego que se celebra en el pueblo de Santa Caterina en la noche del 24 de noviembre, la víspera del cumpleaños de Santa Caterina de Alejandría, y que involucra a toda la población. Después de la puesta de sol, se enciende un fuego en la pila de madera de la colina sobre el pequeño pueblo, en el centro del cual hay un tronco llamado stollo, se enciende el fuego y las llamas se elevan iluminando la noche. Una vez que el fuego comienza a apagarse, los hombres de Santa Caterina, divididos en grupos según los barros a los cuales pertenecen, desafían el calor y el humo para tomar posesión del stollo ennegrecido por las llamas y llevarlo al propio barrio. Esta emocionante lucha da vida a una escena mágica y surrealista, con hombres ennegrecidos por el humo que se persiguen unos a otros por las calles del pueblo, aferrándose al tronco de madera, que finalmente es izado en el pueblo ganador. Luego, el stollo  es cortado y a cada participante se le da un pedazo para que lo queme en la chimenea de su casa. Después de ello las cenizas se esparcen en los campos como un presagio de una temporada fértil.

Platos y productos típicos

Roccalbegna es rico en sabores típicos. De hecho, en el territorio se encuentran empresas productoras de quesos, conocidas internacionalmente y reconocidas por su calidad, excelentes vinos, como el Montecucco y el Aceite de Oliva Virgen Extra Seggiano DOP.

Es imposible no mencionar los legendarios biscotes salados de Roccalbegna. una crujiente delicia con un toque de anís. Este biscote en forma de ocho proviene de una antigua tradición medieval y sólo se puede degustar en estas partes, quizás en agosto, durante la feria que se le dedica.

Roccalbegna es rico en sabores típicos. De hecho, en el territorio se encuentran empresas productoras de quesos, conocidas internacionalmente y reconocidas por su calidad, excelentes vinos, como el Montecucco y el Aceite de Oliva Virgen Extra Seggiano DOP.

Es imposible no mencionar los legendarios biscotes salados de Roccalbegna. una crujiente delicia con un toque de anís. Este biscote en forma de ocho proviene de una antigua tradición medieval y sólo se puede degustar en estas partes, quizás en agosto, durante la feria que se le dedica.

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