Si quieres conocer el itinerario que llevó a Signa a ser conocida en todo Occidente, tienes que visitar el Museo de la Paja y su Tejido: una colección de sombreros y un itinerario dedicado a las herramientas y las maquinarias utilizadas para fabricarlos. Desde el Siglo XVIII, gracias a la intuición del empresario Domenico Michelacci, llamado Bolognino, se comenzó a cultivar el trigo marzuolo, de la espiga pequeña con granos menudos, para obtener paja para tejer y utilizar para producir sombreros. El arte del entretejido creció en modo exponencial y la calidad era del más alto nivel, hasta el punto de que incluso el Gran Duque Cosimo I encargó sombreros para algunos soberanos europeos.
Signa, con su historia antigua, ofrece también muchas propuestas artísticas y culturales, en edificios históricos que nos narran su pasado. Sin duda, vale la pena visitar las principales iglesias del pueblo, como la Iglesia San Giovanni, que alberga los restos de la Beata Giovanna, venerada en toda la zona y cuyas historias se ilustran aquí en frescos; y la Parroquia San Lorenzo, que alberga frescos del Maestro de Signa y de Pietro Nelli.
La parte alta del pueblo de Signa, el Castillo, constituye la parte más antigua de la localidad y aparece rodeada por los restos de las murallas del Siglo XIV.