Era febrero de 1873 cuando en las mesas del café del Casino, entre los jóvenes de Viareggio de la época, surgió la idea de un desfile de carrozas para celebrar el carnaval, al aire libre, en la plaza, entre la gente. Así nació el Carnaval de Viareggio, que desde entonces atrae cada año a la ciudad de Versilia a miles de apasionados de toda Italia.
Protagonistas indiscutibles son las carrozas de papel maché: son las más grandes del mundo, se mueven gracias a ingeniosos mecanismos y están animadas por la música y los bailes de cientos de figuras enmascaradas.
Las carrozas representan de manera caricaturesca a los personajes de la política, la cultura y el espectáculo: con sátira e ironía, el Carnaval de Viareggio se enfrenta a los temas más calientes del momento. De Craxi a Prodi, de Berlusconi a Dario Fo, no hay ningún protagonista de la vida pública italiana que no haya sido ridiculizado por los carristas de Viareggio.
Durante un mes y el Martes de Carnaval, las carrozas desfilan entre la multitud enmascarada por el Paseo Marítimo: una avenida de más de tres kilómetros que serpentea entre la playa y los hermosos edificios Art Nouveau.
Pero el Carnaval es una fiebre que se contagia por toda la ciudad y no se limita al transcurso del domingo. Las tardes del fin de semana, y no solo, los barrios de Viareggio - i rioni - cobran vida con grandes fiestas al aire libre: la música, el baile y las mascaradas se vierten en las calles cerradas al tráfico hasta altas horas de la noche. Los restaurantes al aire libre ofrecen las especialidades de Viareggio a base de pescado fresco, en los rincones de las calles se instalan escenarios donde tocan bandas y DJs: todos estrictamente enmascarados.
Una vez terminado el rione, los noctámbulos que quieran disfrutar del alba tienen variedad de posibilidades: las discotecas y locales de la Versilia compiten para organizar bailes de máscaras con música y bailes hasta la mañana siguiente.