10 comidas callejeras toscanas

Si la curiosidad y un aroma apetitoso te han traído a Florencia, haciendo cola para comprar un bocadillo de lampredotto, detrás de obreros con pintura en los pantalones, oficinistas con la corbata aflojada y jóvenes con un grande apetito por la vida y la comida, prepárate para elegir. ¿Quieres que el pan se empape de caldo? ¿Salsa picante? ¿Salsa verde? ¿Sólo sal y pimienta? 
Lampredotto es una parte del estómago de la vaca, cocido en un caldo que contiene hierbas y tomates, y utilizado para rellenar el bocadillo más famoso de Florencia ,que se vende en los puestos de toda la ciudad (llamados trippai y lampredottai). 

Un tipo de pan plano elaborado con harina de garbanzos, agua, sal y aceite de oliva. ¡Tan sencillo y tan sabroso! La Torta de Ceci se puede encontrar a lo largo de la costa superior del Tirreno, denominada simplemente torta en Livorno y cecina en Pisa. Para comer como un auténtico ciudadano de Livorno, pide un "Cinque e Cinque", la antigua forma de referirse a 5 liras de torta y 5 liras de pan: tu pastel de garbanzos llegará emparedado en una suave focaccia redonda o en una crujiente baguette. Acompáñalo con un vaso de spuma bionda, un aromático refresco efervescente antiguo. 

La porchetta es un asado de cerdo deshuesado condimentado con sal, pimienta, ajo y hierbas. El bocadillo con la porchetta, un bollo de pan blando con lonchas de porchetta, es una de las comidas callejeras más difundidas en el centro de Italia y en Toscana se vende en los quioscos de las ciudades, en las ferias y en las fiestas de los pueblos.

La schiacciata (ciaccino en Siena), simple o rellena, es el tentempié perfecto, pero también puede ser un almuerzo sustancioso. Este pan plano puede ser crujiente o blando, elevado o prensado, y se hornea y se cubre con aceite de oliva y sal. Se puede encontrar en cualquier panadería o tienda de alimentos, al natural o con aceitunas, tomates, cebollas, patatas; también se puede hacer un bocadillo completo con un relleno de quesos o verduras.

El pan toscano sin sal combina perfectamente con todo tipo de embutidos y quesos: Queso pecorino, jamón toscano, finocchiona, fiambres pero también verduras... ¡las opciones son infinitas! Un aperitivo tradicional y fácil que se adapta a cualquier ocasión. Personaliza tu panino como quieras y... ¡buen provecho!

Necci son tortitas finas hechas con harina de castaña y cocinadas en planchas especiales de hierro forjado con asas largas, llamadas testi. Tradicionalmente, los necci se enrollan en forma de cannolo y se rellenan con queso ricotta fresco mientras aún están calientes. Son una especialidad típica de Garfagnana y del Valle Medio del Serchio, Lunigiana y la Montaña de Pistoia.

Brigidini de Lamporecchio son gofres finos, crujientes y fragrantes, redondeados y rizados, de color dorado anaranjado, con un diámetro de unos 7 cm. Se elaboran con huevos, azúcar, semillas de anís o hinojo, y muy poca agua y harina. Tradicionalmente se venden en las calles durante las ferias y festivales, cocinados directamente por los vendedores con la ayuda de una máquina especial, antes de envasarlos en bolsas transparentes, largas y estrechas.

Quizá no todo el mundo sepa que el bombolone (el dónut italiano) se inventó en Toscana. Esta masa dulce y blanda, frita y recubierta de azúcar, se puede degustar sola o con nata, chocolate o mermelada, desapareciendo en cualquier caso en unos pocos bocados y dejando tras de sí unos labios cubiertos de azúcar. Los Bomboloni de Livorno tienen un agujero y se convierten en Frati (frailes), ya que se asemejan a la tonsura de un monje.

Los buñuelos de arroz son un postre típico que se puede encontrar en cualquier pastelería o panadería durante el Carnaval: crujientes por fuera, blandos por dentro y absolutamente adictivos. En Siena, desde el comienzo del Carnaval hasta el 19 de marzo, San José, un puesto de buñuelos de arroz aparece en la Plaza del Campo para vender las tradicionales Frittelle de San Giuseppe.

Helado apareció por primera vez en los banquetes de la corte de los Medici en Florencia. Cuenta la leyenda que Bernardo Buontalenti inventó este manjar frío para la corte de Catalina de Medici en 1565. Hoy en día, en las tiendas de toda Toscana se vende helado fresco, elaborado con unos pocos ingredientes naturales, sin conservantes, aromas ni colorantes artificiales. 
Seamos sinceros, siempre hay tiempo para un helado: después de comer, para merendar o incluso por la noche, durante un paseo por la ciudad.