10 cosas para hacer en Cortona

La Plaza de la República, corazón del centro histórico de Cortona, está situada donde antaño se levantaba el foro romano. De hecho, la plaza era el punto de cruce del cardo y del decumano, las dos calles principales de la población romana. En la actualidad, la Plaza de la República es el lugar del que parten numerosas calles repletas de tiendas y dominadas por importantes edificios históricos, como el Edificio del Capitán del Pueblo y el Palacio Municipal.

Los amantes de la historia y la arqueología, no deben perderse la visita al MAEC - Museo de la Academia Etrusca y de la Ciudad de Cortona. Situado en la Plaza Signorelli, a pocos pasos de la Plaza de la República, el MAEC te hará retroceder en el tiempo para conocer el gran pasado etrusco del territorio. Las secciones encontradas a lo largo del recorrido cuentan con piezas realmente únicas, como la famosa lámpara de bronce etrusca del Siglo IV a.C., la fíbula de oro en forma de pantera, o la Tabula Cortonensis, el tercer texto etrusco por longitud.

También destaca la colección egipcia, junto con la sección histórico-artística con pinturas de la escuela toscana de los Siglos XIV al XX.

La historia de la Concatedralde Santa Maria Assunta, la Catedral de Cortona, comienza ya en el año 1000, cuando se construyó como parroquia sobre los restos de un antiguo templo pagano. La fachada aún muestra signos del estilo románico original, mientras que el interior, dividido en tres naves, está decorado en estilo renacentista.

La Catedral custodia un rico patrimonio artístico, que incluye La Adoración de los Pastores de Pietro da Cortona, el Descenso del Espíritu Santo de Tommaso Bernabei y otras valiosas pinturas, también atribuidas al taller de Signorelli.

Algunos muebles y lienzos de la concatedral se conservan actualmente en el cercano Museo Diocesano.

Mientras que el MAEC tiene un carácter predominantemente arqueológico, el Museo Diocesano puede considerarse la verdadera pinacoteca de la ciudad. Ubicado en el complejo arquitectónico de Jesús, el museo contiene obras de inmenso valor artístico, así como valioso mobiliario sagrado. Uno de los cuadros más notables de la exposición es sin duda La Anunciación, de Beato Angelico, obra maestra del primer Renacimiento italiano, pero también hay importantes obras de Pietro Lorenzetti, Bartolomeo della Gatta, Sassetta y Luca Signorelli.

El mirador de la Plaza Garibaldi es una de las visitas obligadas de Cortona. Desde este punto, el panorama se abre y se puede admirar todo Valdichiana y la frontera con Umbria, más allá de la cual se visualiza el Lago Trasimeno.

La Iglesia de San Francisco fue encargada por el sucesor del santo de Asís, el Monje Elías, que comenzó su construcción en 1247. Su forma arquitectónica recuerda el típico estilo franciscano, con interior de una sola nave y tejado de cerchas, con tres capillas con bóveda de crucería.

Entre las obras aquí reunidas se encuentran La Anunciación de Pietro da Cortona, la Virgen gloriosa entre santos de Ciro Ferri y La Natividad de Rafael Vanni. La iglesia también alberga los restos del Monje Elías mismo y de Luca Signorelli.

Para visitar la Basílica de Santa Margherita, que lleva el nombre de la patrona de Cortona, hay que ir a las afueras del centro histórico. Aunque el edificio original data del Siglo XIV, a lo largo del tiempo se realizaron diversas reformas, sobre todo entre los Siglos XVIII y XIX: se añadieron dos naves para dar a la iglesia una planta basilical, se reconstruyó la fachada y se embelleció el interior según el gusto de la época. Los colores vivaces del estilo barroco se mezclan así con vestigios de los estilos gótico y románico, mientras que fragmentos de frescos medievales, desgraciadamente perdidos en gran parte, se encuentran ahora en el Museo Diocesano.

Según la tradición, a finales del Siglo XV, una imagen de la Virgen con el Niño de Cortona comenzó a hacer milagros. La veneración del icono creció hasta tal punto que se decidió erigir allí una iglesia: ya en 1525, el Santuario de Santa María de las Gracias al Calcinaio tenía el aspecto que vemos hoy. Se construyó aplicando hábilmente los principios arquitectónicos de la época y se convirtió en uno de los mejores ejemplos de la síntesis de la arquitectura renacentista.

La milagrosa pintura de la Virgen con el Niño puede verse aún hoy en el altar mayor de la iglesia.

A sólo cinco kilómetros del centro histórico, subiendo 550 metros de altitud, se encuentra la Ermita "Le Celle", un lugar impregnado de gran paz y espiritualidad famoso por haber acogido a San Francisco. Se dice que fue aquí donde el Poverello de Asís escribió su testamento espiritual.

Desde 1537, la ermita alberga a la Orden de los Frailes Capuchinos, que restauraron el complejo para devolverle su antiguo esplendor tras un periodo de abandono. La Capilla de San Francisco, excavada en la roca y caracterizada por la máxima austeridad, atrae cada año a numerosos peregrinos.

Es el festival internacional de fotografía contemporánea que se celebra cada año en verano: Cortona On The Move es considerado uno de los mayores acontecimientos del ambiente y se ha consolidado a lo largo de los años como un importante centro de experimentación para la evolución del lenguaje fotográfico. Decenas de muestras y eventos se reparten entre el centro histórico de la ciudad y la Fortaleza del Girifalco, acogiendo en cada edición a un numeroso público y a muchos expertos del sector.