Cuando se trata de Florencia, es difícil elegir los lugares más interesantes para visitar, ya que cada rincón del centro histórico te sorprende.
Pero Florencia no es sólo esto: desde los grandes artesanos a las preciadas tradiciones culinarias, desde las casas de moda de las marcas de diseño más famosas a los característicos mercados, es el lugar perfecto para asombrarse, quizás a pie, paseando para ver y sentir la armonía que siempre ha caracterizado a este lugar.
El mirador más conocido de Florencia, una terraza que ofrece una vista privilegiada de los monumentos más famosos del centro histórico: Plaza Michelangelo no necesita presentación y sigue siendo una de las atracciones más visitadas.
La Plaza se creó como homenaje al personaje de Michelangelo: en el centro de la plaza hay un monumento compuesto por copias en bronce de algunas de sus obras, como el imponente David, que mira hacia las colinas situadas frente a la ciudad.
La hora más sugestiva es la puesta de sol, pero uno queda maravillado a cualquier hora del día.
Caminar por el Ponte Vecchio y contemplar el Arno bajo nosotros es un poco como pasear por la historia.
Las famosas tiendas de orfebrería que lo animan albergaban originalmente el mercado de la carne: parece que tras la construcción del Corredor de Vasari -que conecta el Palazzo Vecchio con el Palacio Pitti- Ferdinando I quiso eliminar las carnicerías para sustituirlas por algo más decoroso y apropiado al lugar.
Es ideal para fotografiar Florencia al atardecer, dar un paseo romántico y perderse entre preciosas compras.
Dos barrios llenos de vida y lugares característicos: pasear sin rumbo y dejarse sorprender por las tiendas de artesanías, los numerosos bares y restaurantes y las insólitas vistas de la ciudad es una experiencia realmente emocionante.
No te pierdas la Basílica de Santo Spirito -que alberga numerosas obras como el Crucifijo de madera de Michelangelo, el mercado de Santo Spirito -presente todos los días en la plaza homónima con productos de kilómetro cero- y la Plaza del Carmine, donde podrás admirar la Capilla Brancacci dentro de la Iglesia Santa Maria del Carmine.
Las calles de San Frediano también están pobladas por muchas pequeñas obras de arte callejero: será divertido buscar aquellas de Blub y Clet, entre muchas otras.
En uno de los lugares más espectaculares de Florencia, Villa Bardini y su maravilloso jardín, son una visita obligada para quienes buscan un momento de relax sin renunciar a la belleza.
La Villa alberga el Museo Pietro Annigoni -con obras del pintor-, exposiciones temporales y eventos especiales.
Se puede llegar a pie, atravesando el barrio de San Niccolò, uno de los más antiguos de Florencia: el paseo implica una subida bastante fatigosa, pero la vista, una vez alcanzada la Villa, será realmente impagable.
Florencia es el lugar ideal para inspirarse en la moda: desde las boutiques más famosas de Via Tornabuoni, Via Roma, Via della Vigna Nuova o Via dei Calzaiuoli hasta las tiendas vintage que se encuentran en el centro, te será fácil encontrar todo lo que buscas.
Para los amantes del diseño y la artesanía, no faltan tiendas y talleres: para el anticuariado, una parada obligada en Via Maggio y las calles cercanas de Oltrarno, mientras que para la marroquinería, lo mejor es concentrarse en la zona de Santa Croce -Borgo Greci- y San Lorenzo.
Es una plaza muy querida por los florentinos, Santa Croce encanta por la belleza de la Basílica -donde descansan personajes célebres como Galileo y Maquiavelo- y por los espléndidos edificios que se pueden apreciar.
La plaza alberga el famoso Calcio Storico Florentino y, en Navidad, el Weihnachtsmarkt, una cita ya tradicional con la comida y la artesanía europeas.
Sentarse en una de las mesas de los numerosos bares que hay aquí será especialmente agradable al atardecer, cuando el cielo sobre la Basílica se tiñe de naranja.
Toscana presume de una respetable tradición gastronómica y Florencia no defrauda: además de ofrecer numerosos restaurantes para todos los paladares, la ciudad es famosa por su comida callejera: los callos y el lampredotto, verdaderas instituciones de la cocina florentina que se sirven en cada esquina en los típicos puestos del trippai, deben degustarse sin dudarlo. No puede faltar una copa de vino tinto para acompañarlos.
La Cúpula de Brunelleschi, el Campanario de Giotto, la Catedral de Santa María del Fiore, el Baptisterio de San Giovanni: sólo esta magnífica plaza merece un viaje a Florencia.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por UNESCO, es como un tesoro por descubrir.
Para quienes tengan tiempo, el Museo de la Ópera del Duomo -situado detrás de la Catedral- alberga 750 obras -incluidas obras maestras como la Piedad Bandini de Michelangelo y la Magdalena Penitente de Donatello- que cuentan más de siete siglos de historia.
Obras maestras de arte únicas en un palacio construido por Giorgio Vasari en 1560 por orden de Cosimo I de Medici.
Entre los artistas más conocidos se encuentran Cimabue, Giotto, Duccio di Buoninsegna, Simone Martini, los hermanos Piero y Ambrogio Lorenzetti, así como Leonardo da Vinci, Mantegna, Perugino y Botticelli.
Entre las obras más famosas se encuentran el doble Retrato de los Duques de Urbino de Piero della Francesca, la Virgen del Jilguero de Raffaello y obras maestras de Caravaggio como Baco y la Cabeza de Medusa, sin olvidar el extraordinario Tondo Doni de Michelangelo, el Nacimiento de Venus y la Primavera de Sandro Botticcelli y la Anunciación de Leonardo Da Vinci. La Galería de los Uffizi es uno de los museos más conocidos en el mundo y una visita a este templo del arte es imprescindible cuando se visita Florencia.
Corazón político de Florencia desde la Edad Media, es una de las plazas más representativas de la ciudad: dominada por el Palazzo Vecchio, está enmarcada por la Logia de los Lanzi -un museo de escultura al aire libre con obras maestras como el Perseo de Benvenuto Cellini y el Rapto de las Sabinas en mármol de Giambologna-, la Fuente de Neptuno de Bartolomeo Ammannati -cariñosamente llamada Biancone por los florentinos- y la Estatua ecuestre de Cosimo I de Giambologna.
Numerosos lugares se asoman a la plaza donde se puede disfrutar del espectáculo único que sólo un lugar tan rico en historia y arte como éste puede ofrecer.