Los pueblos de Tierras de Pisa representan una concentración de sabores, perfumes del campo, torres y castillos. Quienes aman las atmósferas medievales, no pueden perderse estas pequeñas joyas, entre las armoniosas colinas que rodean la ciudad de la Torre Inclinada.
¡Aquí está nuestra selección de los 10 pueblos para visitar al menos una vez en la vida!
San Miniato es un hermoso pueblo medieval situado a medio camino entre Pisa y Florencia y es la parada perfecta a lo largo de la Vía Francígena para degustar comidas deliciosas (¡es la "capital" de la trufa blanca!). La disposición medieval de la ciudad ha permanecido intacta. El evento al cual hay que asistir absolutamente es el Exposición Mercado Nacional de la Trufa Blanca que se realiza cada año en noviembre, cuando los buscadores de trufas, cocineros y periodistas vienen a probar las especialidades gastronómicas locales y a comprar trufas.
Vicopisano es un pequeño pueblo medieval en las Montañas de Pisa que conserva tesoros arquitectónicos de gran valor. Se puede admirar una fortaleza diseñada por Brunelleschi, dos edificios medievales del siglo XII, un castillo y 12 torres del siglo XI al XV. El momento ideal para visitar Vicopisano es el primer fin de semana de septiembre, cuando tiene lugar la Fiesta Medieval y todo el pueblo retrocede en el tiempo vistiendo trajes de la época y saboreando recetas tradicionales, así como espectáculos y entretenimientos.
Cerca de Vicopisano, encontramos el pequeño y encantador pueblo de Calci rodeado de olivos y castaños. Su principal atracción es sin duda el complejo monumental de Certosa de Calci, uno de los monasterios más importantes de la orden de los cartujos en Italia. Fundada en el 1366, la Certosa de Calci fue profundamente renovada en el siglo XVII y transformada con frescos, mármoles, etc.
También hay un gran patio donde se puede apreciar una fachada barroca, junto con muchas otras habitaciones utilizadas como sacristía, capillas, biblioteca, farmacia. Hoy en día, un ala de la Certosa alberga el Museo de Historia Natural de la Universidad de Pisa.
Castelfranco di Sotto es un antiguo pueblo medieval que inició como un castillo en el 1255, situado a unos 40 kilómetros al oeste de Florencia y a unos 30 kilómetros al este de Pisa. Castelfranco surgió durante el período de las continuas luchas entre Güelfos y Gibelinos y entre las ciudades de Pisa, Lucca y Florencia. El pueblo aún conserva su antiguo plan urbano con dos calles principales que se cruzan y conducen a las cuatro puertas, marcando cuatro distritos idénticos.
El pueblo toscano de Chianni, desde los primeros asentamientos etruscos y romanos, era conocido como una zona rica en bosques y caza: una "vocación" que ha sobrevivido hasta nuestros días. Aquí, cada familia transmite la receta secreta del jabalí con aceitunas, un plato tradicional que es homenajeado en octubre por la homónima Feria. El evento es también una oportunidad para probar los "otros" sabores de Chianni, como el "Marrón de Rivalto" y el Aceite de Oliva Virgen Extra, dos de las excelencias de la zona.
Otro pueblo de Terre di Pisa que recomendamos visitar es Terricciola, interesante por su cultura y tradición vitivinícola. De hecho, aquí se realizan algunas iniciativas anuales muy populares entre los turistas y la gente del lugar, como la feria de la fresa, la Noche Blanca del Vino y las Copas bajo las Estrellas. Como habrás adivinado, el territorio produce excelentes vinos para acompañar a los platos tradicionales.
Conocido por su Palio de los Barrios, Buti es una joya entre las colinas de Pisa. En el pueblo se puede visitar la Villa de los Medici, Castel Tonini, que domina el pueblo, la iglesia románica San Francisco y aquella de la Ascensión, también conocida como Santa María de las Nieves. Entre los productos históricos del territorio se encuentra el aceite de oliva virgen extra Toscano IGP: la cosecha se sigue realizando en el respeto de la más antigua tradición.
También el pueblo de Lari, de origen etrusco, se encuentra entre las colinas de Terre di Pisa. Visita el Castillo de los Vicarios, una fortaleza protegida por majestuosas murallas de la temprana Edad Media. También en Lari encontramos la pequeña fábrica de pasta Martelli que produce en modo artesanal la pasta de sémola. Los increíbles e impresionantes panoramas del pueblo hacen de Lari un lugar preferido de las parejas que a menudo lo eligen para celebrar su boda con ceremonia civil.
Las calles de Palaia han sido el escenario de numerosas producciones cinematográficas. Aquí, de hecho, se rodaron algunas escenas de las películas La noche de San Lorenzo y Fiorile de los hermanos Taviani, N (Napoleón y Yo) de Paolo Virzì.
Además del pueblo etrusco de Palaia, puedes también visitar otros pueblos de sus alrededores, como Toiano y Montefoscoli. Toiano es conocido por ser uno de los pueblos fantasmas de Toscana, mientras que en Montefoscoli hay indicaciones para el Templo de Minerva Médica: muchos estudios atestiguan que este edificio, además de ser un monumento conmemorativo también utilizado como lugar de entretenimiento y diversión, era también un templo masónico.
El pueblo de Peccioli, premiado por el Club Turístico Italiano con la Bandera Naranja, es una perla de Valdera que debes absolutamente visitar. El Palacio Pretoriano es la sede del Museo de los Iconos Rusos dedicado al periodista Francesco Bigazzi, corresponsal de Moscú, que donó al Municipio de Peccioli su colección de iconos del Siglo XIX y principios del XX. Además, Peccioli organiza muchos eventos culturales y teatrales, tanto para adultos como para niños, entre ellos el Festival Toscano y 11Lunas.