Cristal de Colle Val d'Elsa - Credit: Cucini Franco Moleria
Si lo llaman la "Bohemia de Italia", es porque hay una razón. El pueblo de Colle di Val d'Elsa ha sido durante siglos el hogar de las más antiguas cristalerías artísticas y talleres de esmerilado de Toscana. Aquí, no es casualidad, se pueden observar de cerca los maestros vidrieros en acción: gestos y rituales únicos que forman parte de la antigua tradición de la cristalería.
La inclinación de las herramientas, la agilidad y la delicadeza de los movimientos vienen de tiempos lejanos. El artesano, que se comunica con su vidrio fluido y la claridad de las superficies, parece un mago que mueve el agua y la encanta: un agua aparentemente inanimada, desprovista de cuerpo y sentido. Poco a poco, el material adquiere forma, responde a la habilidad y a la inspiración de quienes lo modelan: copas de vino, jarras, vasos elegantes y objetos refinados nacen como flores para decorar la casa y embellecer la mesa.
La alquimia del cristal se repite desde hace siglos en los talleres de esmerilado y en las vidrierías artísticas de Colle di Val d'Elsa, con la misma paciencia y pasión, con la misma obstinada atención a la pureza de la materia prima y del producto acabado.
