5 pueblos donde puedes hacer una excursión invernal en Toscana

Partimos de Cutigliano, en la Montaña de Pistoia, un pintoresco pueblo medieval donde el tiempo parece haberse detenido entre callejuelas estrechas, pequeñas plazas y edificios antiguos, como el Palacio de los Capitanes de la Montaña, que data del Siglo XIV y conserva un centenar de escudos e insignias heráldicas en piedra y terracota policromada en su fachada principal. El pueblo es un lugar ideal donde alojarse para los amantes de los deportes invernales, ya que se encuentra muy cerca de la Estación de Esquí de Doganaccia, con sus diez kilómetros de pistas, una espléndida pista escuela de esquí y pistas de esquí de fondo.

Nos trasladamos hasta la Montaña Amiata para descubrir Abbadia San Salvatore: primero ha sido un pueblo medieval, luego un centro minero, es un rincón encantado de Toscana, empezando por la espléndida Abadía, fundada en 750 por el rey longobardo Ratchis, alrededor de la cual ha crecido, todavía intacta, la parte histórica del pueblo, con sus callejuelas estrechas y sugestivas, sus antiguas puertas de piedra y su impresionante panorama sobre Val d'Orcia. Desde aquí, se puede esquiar en las pistas de Amiata, que ofrecen pistas aptas tanto para principiantes como para los expertos y senderos perfectos para pasear con raquetas de nieve por el bosque.

Desde la Montaña Amiata, nos desplazamos al Parque de los Bosques de Casentino, Montaña Falterona y Campigna para descubrir el pueblo de Badia Prataglia y sus "castelletti", las pequeñas aldeas diseminadas entre los bosques de castaños y abetos. Badia Prataglia es un excelente punto de partida para hacer excursiones por los bosques, usar las raquetas de nieve y practicar esquí de fondo. A pocos kilómetros, se puede visitar el complejo monástico de Camaldoli, con la Ermita Sagrada y el Monasterio, lugares de fe inmersos en la naturaleza. 

Quienes son apasionados de la montaña no pueden perderse Castiglione di Garfagnana,un encantador pueblo fortificado donde se puede admirar el Castillo del León, el Fuerte, el recinto amurallado y la espléndida Iglesia San Michele. Desde el Baluarte de Torricella se puede disfrutar de un panorama único del Apenino y de los Alpes Apuanos, y desde aquí se llega fácilmente a las pistas de Casone di Profecchia, perfectas para los principiantes, donde también hay muchos itinerarios de esquí nórdico  que atraviesan los bosques.

La última etapa de nuestros consejos de viaje es en Lunigiana, la misteriosa tierra fronteriza entre Toscana, Emilia y Romaña: se trata de Bagnone, un antiquísimo pueblo que, según las leyendas locales, custodia un singular amuleto de la suerte: un lirio florentino, grabado en las columnas de los pórticos medievales, atraería riquezas y buena suerte, una creencia que se renovó cuando hace unos años un desconocido afortunado ganó 149 millones de euros jugando a Superenalotto.

Tras un roce con el lirio mágico, puedes hacer una parada en Zum Zeri para disfrutar de un día de diversión a gran altura en los 12 kilómetros de pistas de esquí desde las cuales también podrás disfrutar de un panorama único, con una vista que en un día despejado llega hasta el mar.